Paloma Rodera, artista multidisciplinaria, al tiempo que se ve a sí misma como investigadora de arte. Nació en Madrid en 1987.
Sus formas expresivas abarcan desde el performance y la acción teatral, a la escultura, la textualidad simbólica o la fotografía.
Con estudios de Bellas Artes y microsociología teatral, Rodera apuesta en sus acciones creativas el abordaje de una época signada por la transformación estrepitosa del paradigma relacional entre los seres humanos.
¿Por qué “investigadora” dentro de los procesos creativos?
La investigación artística es parte fundamental del proceso. Es la fase previa.
En cuanto tengo un tema que quiero desarrollar, paso a la investigación, es natural. Suele ir entrelazada con la producción de obra en muchos proyectos.
¿Hay tensiones entre el impulso creativo y el agenciamiento de la investigación artística?
Las tensiones suelen venir de fuera, por las estructuras en las que se enmarcan, por la compartimentación de disciplinas y metodologías de investigación que se utilizan en la academia y por las que se utilizan en el campo del arte.
¿Por qué su trabajo tiende a lo multidisciplinario?
Siempre me he sentido en tierra de nadie. He sentido, desde pequeña, curiosidad por campos del saber muy diferentes.
Al no especializarme en ningún campo concreto e intentar abarcar todos los posibles, estudié Bellas Artes, mientras a la vez acudía a una escuela de filosofía, pertenecía a un foro político y trabajaba en teatro.
No me he sentido adherida a ninguna disciplina en concreto, pero sí he participado de todas. Estas experiencias nutren mi trabajo. Quizás, por esto, el campo de la investigación académica está incluido en mis procesos.
El proceso creativo en mi caso comienza con el concepto o la reivindicación que quiera explorar. Casi de forma paralela se establecen los procesos de pruebas y producción de la pieza en el formato que más se adecue al desarrollo de la idea.
El registro
¿Qué podría compartir en cuanto al registro de su trabajo?
Otras dos fases de mi proceso creativo —que sigo hasta no hace mucho— son la difusión y el archivo. Es fundamental conocer cuáles son los canales más adecuados para mostrar el proceso de producción.
No es algo que solo tenga que ver con marketing, sino con seguir el proceso artístico de cerca. No se puede terminar la pieza con la fase de producción.
Es importantísimo que se cierre el círculo, este ha de pasar por el espectador, por la conclusión de esa idea para una finalidad concreta. Por último, el archivo.
Desde hace unos años llevo un proceso exhaustivo de archivo. Es una increíble fuente de estudio, de funcionamiento interno.
Las tecnologías
En lo que concierne al avance de las tecnologías y lo que llama la “democratización del trasporte”.
¿Qué hallazgos importantes has hecho en este terreno?
Con la aparición de internet y nuevas tecnologías, nuestras relaciones, nuestra percepción y modo de relacionarnos con el mundo han cambiado. Ha sido importante la democratización del transporte como idea de movilidad.
Hoy un gran número de jóvenes, y no tan jóvenes, se mueven con mucha facilidad de una parte a otra en el mundo, de forma virtual y física.
Por ejemplo, impartiendo un curso a través de internet, he podido llegar a unas dos mil personas. De otro modo sería complicado. Ahora se viven otros modos de entender las relaciones interpersonales. El arte y la cultura no pueden ignorar esto.
Presiento que estamos asistiendo al fenecimiento de “lo posmoderno” como megarrelato histórico. ¿Cuál es su perspectiva?
No se trata de un concepto histórico que nos permita entender sus propuestas con linealidad.
Es un concepto estético que permite englobar diferentes propuestas que se circunscriben a esas características.
En mi trabajo, como en el de cualquier artista contemporáneo, hay una clara influencia posmoderna, ya que es lo que compone, expresa y da, de algún modo, contexto claro a las propuestas que realizamos.
Espacios
¿Qué es lo que más te interesa descubrir de los espacios públicos?
Mis proyectos recientes se relacionan directamente con el espacio público porque es un concepto que relaciono directamente con la intimidad y con lo que he llamado “extimidad”, es algo que está directamente relacionado con la vida física y virtual, los límites y las fronteras que establecemos. No estoy interesada en la modificación del espacio físico, pero sí que el foco se sitúe en torno a estos ejes de binomios. Dentro de poco saldrá a la luz un proyecto mío en esta dirección.
La posmodernidad es un terreno complicado. Se trata de un sello, un determinado carácter que define nuestro modo y nuestra actitud como artistas.