Si usted recoge cien latas de aluminio tiene la oportunidad de venderlas y recibir unos 45 córdobas por ellas. Además de obtener un ingreso económico extra también aportará a la conservación del medioambiente y a un buen manejo para el aprovechamiento de los desechos sólidos.
De acuerdo a las estadísticas del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), de enero hasta el mes de noviembre del presente año se ha exportado solo en chatarra metálica 51 millones 846 mil 070.5 kilos, lo que significó 12 millones, 37 mil, 479.3 dólares.
El tema de ver a la basura con otros ojos empieza por la sensibilización considera Janny Tercero, presidenta de la Cámara de Recicladores de Nicaragua (Carenic), quien también afirma que existen diferentes esfuerzos dispersos sobre este tema, pero que lo fundamental es una educación ambiental.
A la población le cuesta ver el tema de la basura como una oportunidad para obtener ingresos, considera Tercero, es por tanto, que desde Carenic, “queremos que la población comience a ver a la basura no como un problema social sino como una mercancía, a la cual se le puede sacar un valor (…) En este sentido, podemos ver que muchas personas subsisten vendiendo materiales, recuperando residuos para luego comercializarlos”, enfatiza.
Y es precisamente esta oportunidad de reciclar que ha permitido que los acopios de desechos sólidos o conocido popularmente como chatarreras se extiendan como pulpo en el país.
Al igual que en otros sectores, se carecen de estadísticas de cuántos centros de acopio existen en Nicaragua, y mucho menos en Managua. Tercero recuerda que la Alcaldía de Managua mencionó que había más de 300 acopios, pero dicha cifra debe ser revisada sugiere, puesto que también mencionaron que en el distrito cuatro no había ningún centro de acopio, explica.
La basura en valor
Aunque el pago por el producto recolectado no signifique una gran cantidad para unas personas si lo es para otras. Para Francisco Pérez, responsable de la recicladora Jennifer, la gestión de reciclar va más allá del dinero, sino que es una oportunidad de empleo para personas que lo necesitan, como los pepenadores o recolectores. Un empleo verde le llama Tercero.
En Nicaragua los productos más comunes que se reciclan son el plástico o las botellas de pet; es decir, los recipientes desechables de agua purificada, gaseosas, jugos, etcétera; las pichingas de detergente y productos similares; el hierro, los metales ferrosos, que son los rines de bicicleta o cosas viejas que están en la casa, además de los materiales de aluminio.
El precio de los productos varía por material y por la cantidad que se tiene. Por ejemplo, por una libra de hierro se le paga al recolector 1.20 córdobas; por la libra de aluminio se le entrega 10 córdobas.
Por un quintal de cartón le pagan 80 córdobas. Este precio puede mejorar por cantidad y negociación.
En el acopio Jennifer se centran en el papel, cartón, aluminio, la pichinga y el plástico. A diario entregan entre 28 a 32 pacas de pichingas, que son gigantescas bolsas, las cuales tienen un peso alrededor de 39 a 40 kilos.