Desde que en el año 2002 fueron desarticulados los últimos remanentes de lo que fue el Frente Unido Andrés Castro, el FUAC, los nicaragüenses llevaban ocho años sin saber de noticias sobre personas armadas en las montañas del país. Pero en el 2010 surgió la figura de José Gabriel Garmendia, alias “Yajob”, quien comenzó a brindar declaraciones en contra de las intenciones de reelección del presidente Daniel Ortega y se declaró en rebeldía y alzado en armas en contra del gobierno.
“El pensamiento político de Yajob era sencillo y claro y revelaba un buen conocimiento de la realidad nacional. Con año y medio de antelación denunció el fraude que Daniel Ortega fraguaba para las elecciones generales de noviembre de 2011”, escribiría después el especialista en temas militares, Roberto Cajina, en la revista Envío.
“Yajob”, el 14 de febrero del 2011, fue asesinado de un balazo en una pierna que lo desangró supuestamente mientras estaba ordeñando una vaca. Según las autoridades, el autor del disparo quería matar al dueño de la finca donde laboraba “Yajob”. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), en sus indagaciones, constató que en los días del crimen había presencia del Ejército en la zona del hecho.
Desde la muerte de “Yajob” han muerto más de una decena de jefes de grupos armados en contra del gobierno, y, según algunos allegados a los armados, son más de 500 las muertes de campesinos alzados en armas, pero las autoridades dicen que se trata de delincuentes. La tónica es que mueren en enfrentamientos con fuerzas combinadas de la Policía y el Ejército o solamente de los militares.
El último caso ocurrió en Ciudad Antigua, el 6 de noviembre pasado, cuando en pleno día de elecciones fueron asesinados tres campesinos: José Nahúm Mendoza Arriola, Margarito Mendoza Sevilla y Santos Armando Pérez López, quienes, según sus familiares, andaban huyendo de la persecución del Ejército luego de que, en el 2012, estuvieron protestando en Nueva Segovia por falta de cédulas. En este caso el Cenidh concluyó que las investigaciones sobre el triple crimen “deben incluir a militares y policías asignados a esa zona como posibles responsables”.
“Eliminación selectiva”
Enrique Zelaya Cruz era el jefe médico de la Contra en los años ochenta. Le decían Doctor Henry. Conoció a algunos de los jefes de armados que han muerto entre 2011 y este año 2016. Sobre Enrique Aguinaga Castillo, comandante “Invisible”, asesinado el pasado 30 de abril de 2016, el Doctor Henry dice: “Aguinaga llegó muy joven a la contra, creo que no participó (en la guerra) pero todos sus hermanos mayores sí, fueron soldados. Aguinaga se va (alzado en arma en 2011) porque en una mesa electoral (en Coperna) no respetaron cómo votaron, el otro del FSLN (Ronald Martínez) dice este es el acta, con datos alterados. Matan a ese fiscal de ruta, aparentemente tuvo que ver (Aguinaga) en ese asesinato pero fue por el robo de los votos, se vuelve un prófugo, huye porque ya se metió a clavo. Los robos electorales desesperan”.
El Doctor Henry asegura que no son delincuentes los que están matando el Ejército y la Policía, sino que se trata de personas que se han alzado en armas en contra del gobierno de Daniel Ortega. “El Ejército, no todos los militares, está involucrado en eliminaciones selectivas (de armados). Hay una brigada, del Ejército y de la Policía, determinan los blancos, esto es una cosa sumamente secreta, ni siquiera saben los de los territorios, salen a hacer misiones, fijan su meta en los blancos específicos y les tienden trampas”, dice el excontra.
Al comandante “Naval”, Saturnino Lira, muerto el 14 de junio de 2014, lo estuvieron esperando por tres meses en Río Blanco, afirma el Doctor Henry. “Son muertes planificadas. Es una eliminación selectiva la que estamos sufriendo”, afirma.
Si a los armados los agarran vivos, continúa explicando Doctor Henry, los torturan para obtener de ellos los nombres de otros armados, sus números de teléfono y su red de amistades.
“En Managua creen que no existen (los armados y las operaciones del Ejército) porque viven otra vida. En Managua los tienen engañados con un parquecito, porque tampoco los tratan bien, no ha habido aumento de salario, la canasta básica va para arriba. Pero los engañan con un estadio virtual”, dice el exjefe médico de los Contras.
Impunidad
El director del Cenidh, Mauro Ampié, explica que desde el 2011, cuando mataron a “Yajob”, la institución está viendo con preocupación cómo están ocurriendo muertes violentas en el campo que no son investigadas por la Policía o las indagaciones que se realizan no tienen la credibilidad necesaria. En el caso de Ciudad Antigua la Policía de esa localidad ni siquiera quiso recibir las denuncias de los familiares de las víctimas.
“La Policía está obligada a recibir denuncias de la ciudadanía, obligada a investigar. Las actuaciones del Ejército y de la Policía deben ser proporcionales. Conviene esclarecer si son enfrentamientos o si fue solamente la violencia o las armas utilizadas de parte de las autoridades, esclarecer si se trató de ejecuciones arbitrarias de ciudadanos al margen de la ley. Aunque fueran delincuentes hay derechos que asisten a las personas, ver si estaban indefensas. Estamos ante ejecuciones, torturas”, dice Ampié.
Otro aspecto que le preocupa al Cenidh, indica Ampié, es que el Ejército se está involucrando en hechos que son propios de la seguridad interna, cuando la Constitución Política le otorga esa facultad solamente a la Policía, que “es un cuerpo civil”.
Un excomandante de la Contra, Luis Fley, opina que el actuar del Ejército, en las muertes de armados, es “sospechoso”. “El Ejército debe capturarlos y entregarlos a autoridades competentes. A los asesinados (entre 2011 y 2016) nadie los acusó de delincuentes. El Ejército utiliza a terceros para llegar a ellos y sin ningún acto de rendimiento, de hacerlos que se rindan, los asesinan vilmente, degollados, con tortura, muertos con saña. A los de Ciudad Antigua se les ven cuchillazos, ofende ver cómo los asesinaron”, explica Fley.
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“No sé si son armados”
Elida María Galeano Cornejo, comandante “Chaparra”, fue miembro de la Contra y hermana del comandante Franklin. Hoy es diputada aliada del Frente Sandinista (FSLN) y de Daniel Ortega. Ella dice que no puede dar su opinión sobre lo que está pasando en el campo y que El Ejército y la Policía son las instituciones que “pueden decir quiénes son delincuentes o no”. “No puedo hablar por gente que anda en el campo, no se sabe si son excombatientes que andan armados por X o Y razón o qué los ha llevado a tomar esa decisión de andar en el campo”, explica.
Según Galeano, ella conoció a “Yajob” pero dice que no era cierto que éste último anduviese armado. “Lo que pasa es que a veces utilizan el nombre de los combatientes y meten a problemas a los que verdaderamente anduvieron en la guerra, que quizá no tienen ni intenciones de volver a empuñar un fusil, porque estoy segura de que ninguno de los que anduvimos en la guerra queremos volver a saber de guerra”, dice la comandante “Chaparra”, quien insistió en que “no puedo dar opinión sobre la actuación del Ejército, porque (debe darla) la gente que vive en el campo”.
El Gobierna “alimenta” a los armados
El Doctor Henry indicó que si hay armados en las montañas es por culpa de Daniel Ortega porque se ha empeñado en destruir a la oposición.
“Cuando vamos a elecciones, comienzan los discursos del PLI, del PLC, le da ánimo al campesino que adversa a Ortega, especialmente cuando fue candidato (Fabio) Gadea, el campesino cifra sus esperanzas en esos partidos. Pero luego se dan cuenta que van sin fiscales, que el CSE es sandinista, que en las urnas no tienen los fiscales correctos o se los compraron. El campesino va de derrota en derrota, de decepción en decepción”, explica Doctor Henry.
Entonces, añade el exjefe contra, entre los campesinos renace el sueño de la Contra. “Ellos (actuales armados) eran pequeños o participaron en algún batallón. Se acuerdan cuando pasaban las tropas de Mike Lima, ¡qué clase de tropa que se tomó Pantasma!, añoran esa época cuando a través de las armas les dieron derrotas al FSLN. Psicológicamente, sueñan con eso porque el sistema electoral no funciona, no ven esperanzas. Por eso el partido en el poder debe fomentar una verdadera oposición para ser efectivo. Siempre va a haber descontentos, entonces agruparlos detrás de un liderazgo. Eso Ortega lo ha destruido”, indica el Doctor Henry.
Gobierno debe atender a los armados
Los exjefes contras como Doctor Henry y Luis Fley indican que los armados de hoy son ignorados por el gobierno y eliminados por el Ejército.
Por su parte, el director del Cenidh, Mauro Ampié, considera que la situación preocupa porque Nicaragua no se ha recuperado del conflicto bélico de los ochenta y hay secuelas aún presentes.
“Si el Gobierno no aborda este tema adecuadamente, no con respuesta militar, si no con otras maneras, el conflicto podría escalar hasta niveles insospechados, que amenazan la paz en Nicaragua”, advirtió el activista pro derechos humanos.
Causas sociales
La razón por la que existen armados actualmente en las montañas del país también tiene causas sociales, explica el exjefe Contra, Doctor Henry, quien dice que el campesino más pobre es el que siembra frijoles y el Gobierno no le ha puesto atención a ese sector, sino que más bien ha maniobrado para botarle el precio a ese producto. Algo parecido ocurre con el precio de la carne, de la leche y de todo lo que produce el campesino.
Una extraña coincidencia, indica el Doctor Henry, es que la mayoría de los lugares donde existen armados es en aquellos municipios que son gobernados por alcaldes opositores, ya que a esas municipalidades el Gobierno casi no las atiende. “Donde hay alcalde liberal, como Pantasma, Copalar, el Gobierno no da recursos, cuando debe ser parejo”, señala.
Mal armados
Los armados no están “bien armados”, explican los exjefes contras Luis Fley y Doctor Henry. “Ellos no andan ni con 50 tiros, no andan granada de mano, ni RPG7”, dice Doctor Henry.
De acuerdo con el exmédico de los Contras, entre los armados de hoy no anda ningún jefe de la Contra de los años ochenta, sino solamente quienes fueron soldados de menor rango. “Los comandantes no se meten a esa locura, pero los soldaditos (si). El que manejó tropa sabe que un soldado come tres veces al día, hay que darle uniforme, armas, municiones”, explica.
El comandante Luis Fley indica que “todos los movimientos inician mal armados”, y así empezó el FSLN, la Contra y luego se convirtieron en un ejército.
Por su parte, Elida Galeano, la comandante “Chaparra”, manifestó que en la actualidad “hay mucha gente sin escrúpulos que jochan al campesinado a empuñar un fusil porque no son ellos los que van a pagar las consecuencias”.
“A la hora de una guerra, esas personas que andan impulsando a que se haga una guerra son los primeros en irse fuera del país. Cuando hay muertos, presos, nadie voltea a ver a la familia. A mí me gustaría ver a esa gente si van a aparecer aquí estamos, qué necesitan” cuando los campesinos caigan presos o sean asesinados, expresó la comandante “Chaparra”.
La mediación de Petray
El actual magistrado judicial de Estelí, Roberto Petray, quien antes daba acompañamiento a los armados como activista pro derechos humanos, aparece mencionado por familiares de los muertos de Ciudad Antigua, ya que junto al párroco Santiago Aguirre habría visitado a las víctimas previo a los hechos sangrientos, con el fin de que se entregaran ante las autoridades. LA PRENSA se comunicó con Petray para abordar el tema, pero el ahora magistrado en diversas ocasiones indicó que estaba muy ocupado. Petray sostuvo acercamiento con varios de los jefes de armados hoy asesinados, inclusive tiene casi terminado un libro sobre los armados, pero se negó a hablar del tema.
