En declaraciones al Diario LA PRENSA antes de la llegada al país del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, el excanciller Francisco Aguirre Sacasa valoró la importancia de esta institución internacional en la aprobación de la iniciativa de Ley que condicionaría los préstamos de organizaciones internacionales a Nicaragua (Nica Act), como sanción a la falta de transparencia electoral y la violación a los derechos humanos.
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“Dudo que el comandante se desvele por el tema de su legitimidad. Pero sí creo que le preocupa que se le apliquen a Nicaragua sanciones económicas severas como las que contempla la Nica Act de 2016”, expresó el excanciller.
Aguirre consideró que el gobierno de Daniel Ortega invitó a Almagro para demostrar su apertura a ciertas reformas electorales y , así, intentar parar en seco —al menos para 2016— la aprobación de la Nica Act por el Senado estadounidense.
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Según Aguirre, “esto es importante para Daniel porque él sabe que de no ser aprobada la Nica Act este año, caducará y tendría que empezar de cero el proceso de su aprobación en 2017. Con esto el comandante Ortega ganaría tiempo”.
Pero según el exdiplomático, hay que tener claro que esa táctica también es un arma de doble filo.
A juicio del ex canciller quienes siguen la situación politica de Nicaragua en Washington están claros de la situación del país.
“Están claros de dos realidades. Primero, que la oposición nicaragüense es débil y dividida y, por ende, inoperante. Y, segundo, que el reciente proceso estuvo viciado por el rosario de acciones que Daniel tomó comenzando el 4 de junio cuando descartó una observación nacional e internacional creíble. Estas acciones le han restado legitimidad a su victoria”, valoró Aguirre.