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LAPRENSA/ARCHIVO

Mujeres que laboran siguen limitadas

Aunque en esta época crece sin parar el número de mujeres que se incorporan al mercado laboral, la gran mayoría carece de alternativas viables para el cuido de sus hijos, lo que frena su crecimiento y además siguen asumiendo demasiados roles

Las diferencias que existen entre Maribel Téllez, de 24 años, y Ana Karelia Navarro de, 38 años, son el nivel de educación, número de hijos e ingresos mensuales, pero tienen algo en común: crían solas a sus hijos, no tienen familiares en Managua, lo que las obliga a pagar por su cuidado.

Maribel Téllez, con tercer año de secundaria aprobado y dos hijos (uno de 5 y otro de 3 años), trabaja en una tienda de dulces en Managua, con un salario de 4,000 córdobas al mes. De ellos tiene que pagar 1,000 córdobas en alquiler de cuarto y 800 por el cuido de sus hijos. Lo que le sobra lo destina para la alimentación, transporte y otros gastos.

Ana Karelia Navarro solo tiene un hijo de 9 años, es farmacéutica de profesión, pero decidió iniciar un negocio. Sus ingresos superan los 20 mil córdobas mensuales, pero debe destinar el 15 por ciento de ellos para el pago del cuido de su hijo.

Tanto Maribel como Ana Karelia son el reflejo de la realidad que enfrentan las mujeres que han ingresado al mercado laboral en los últimos años, cifra que va en aumento.

Según los datos más recientes que se conocieron de la Encuesta Continua de Hogares, la participación laboral de las mujeres se venía incrementando aceleradamente hasta 2012, tendencia que tendría continuidad en los años siguientes: mientras en el primer trimestre de 2010 solo el 50.5 por ciento de las mujeres laboraban, en el cuarto trimestre de 2012 era el 64.1 por ciento (ver infografía).

Participación Laboral

Sandra Ramos, directora del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, explica que por ejemplo, las mujeres que laboran en las empresas del régimen especial de zona franca —el principal empleador formal en Nicaragua, con 112,064 trabajadores hasta julio— no pueden acceder a los gubernamentales Centros de Desarrollo Infantil (CDI), porque “los horarios de trabajo de ellas son extensos y superan muchas veces las 10 horas laborales, además por cada chavalo se paga una cuota y a veces la mujer tiene tres, no les sale, por eso los dejan con familiares que se convierten en un aliado de ellas”.

En los CDI hay madres que no pagan por el cuido de sus hijos, pero otras sí dan cuotas desde 300 hasta 800 córdobas.

En Managua se registran 9 CDI, ubicados en su mayoría en los mercados populares, según una fuente extraoficial.

Atienden de las 6:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, lo que limita a las mujeres que salen apenas a esa hora y deben trasladarse hasta el centro y a las mujeres que tienen jornadas hasta más tarde. En el resto del país hay solamente 11 CDI, según publicaciones del Ministerio de la Familia.

En el ámbito privado existen centros de cuidado o guarderías, cuya mensualidad va desde 100 dólares por niño (unos 2,923 córdobas al cambio oficial) hasta cerca de 200 dólares, muy distante del salario mínimo de una trabajadora de la industria manufacturera, de 4,478.70 córdobas al mes, según la última resolución sobre ese tema del Ministerio del Trabajo.

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A cuentagotas algunas empresas se han sumado a buscar formas para contrarrestar esta dificultad que enfrentan las mujeres que laboran. En el Parque Industrial Las Mercedes, en el kilómetro 12.5 de la Carretera Norte, hay un CDI.

Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección, (Anitec), afirma que “el costo (mensualidad) lo asume cada empresa, lo único que tienen que llevar las mujeres es la alimentación, una parte lo asume el parque y la otra parte la empresa”, dijo.

En dicho centro se atienden a más de un centenar de hijos de trabajadores de las empresas de zona franca que ahí operan.

La carencia de estas alternativas muchas veces provoca que las mujeres de más bajos ingresos tengan que dejar solos a sus hijos o recargar su cuidado en el o la mayor de estos.

Participación Laboral

Mujeres “pulpo”

A esta falta de alternativas para las mujeres que laboran y son madres debe sumarse que aún en esta época deben asumir múltiples roles, entre las tareas domésticas, su trabajo, el cuido de los hijos y un sinnúmero de etcétera.

A criterio de la empresaria Sheila Argüello Slick, quien participó recientemente en el Congreso Mujer, Tecnología y Negocios, esto repercute en la estabilidad emocional de las mujeres y acarrea sentimientos de culpa. “De repente te sentís como pulpo, la conciencia la sentís como dividida, no sentís que le estás dando el 100 por ciento a nada”, lamenta.

En su caso se ha auxiliado de las redes sociales y la tecnología para mantenerse al tanto de lo que pasa con su familia mientras labora en su empresa servicios de aplicaciones móviles, pero solo un reducido porcentaje de las mujeres nicaragüenses tienen acceso a estas herramientas.

La presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua, (REN), Blanka Callejas, apunta que a pesar de que en el país se pregonado oficialmente que hay igualdad de oportunidades, en la realidad no existe porque “hay una disparidad en los salarios entre hombres y mujeres, al momento que van a ascender a un cargo siempre dan prioridad a los hombres”.

“Esa realidad la vivo en carne propia, he solicitado reunirme con el asesor presidencial en asuntos económicos y no lo he logrado están a la espera de que los empresarios decidan si pueden atenderme o no”, añadió Callejas.

En esto coincide Sandra Ramos, directora del María Elena Cuadra, quien ejemplifica que “en las maquilas los hombres son los que tienen los puestos o asignaciones mejor remuneradas, porque son reconocidos como los proveedores, a diferencia de las mujeres que a pesar de su desempeño las ubican en las operaciones de menos valor”.

En las empresas de zona franca el 59 por ciento lo componen mujeres, según datos de Anitec.

Para Blanka Callejas, de la REN, “lo que necesitamos son políticas públicas que realmente se cumplan, para poder desarrollarnos con menos presión y lógicamente eso nos va a permitir proveer más a la economía del país”.

Hay que asignar roles

Las fuentes citadas coinciden en que asignar roles dentro de la familia, es importante para minimizar la carga que históricamente ha asumido la mujer, y que se ha hecho más pesada actualmente.

Callejas indica que las mujeres tienen que empezar por asignar tareas a los hijos y si tiene pareja, involucrarla en las tareas del hogar. “No es posible que la mujer después que salga de la oficina vaya al súper, después llega hacer tarea con el niño, planchar y el siguiente día levantarse a cocinar, el hombre perfectamente puede ir asumiendo estas actividades”, señala.

Argüello Slick dice que la independencia económica de la mujer es de beneficio para toda la familia, porque al final tiene mayor capacidad de gastar y aportar a los gastos familiares, es por ello que el resto de la familia debe aliviarle la carga.

 

55 %
de las mujeres tienen la oportunidad de participar en la fuerza laboral, frente a 80 por ciento de los hombres. Las mujeres siguen ganando aproximadamente la mitad que los hombres por la misma clase de trabajo, y representan únicamente 20 por ciento de los parlamentarios de todo el mundo, señala el último Informe sobre la Brecha Mundial de Género, del Foro Económico Mundial.

 

Empoderar a las mujeres para empujar el crecimiento

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, subrayó recientemente la importancia del papel de mujer para el crecimiento económico.

“El empoderamiento de las mujeres puede impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad, puede contribuir a mitigar los efectos demográficos, una mayor participación económica de la mujer respalda la diversificación”, explicó

Lagarde, en Lima, Perú, durante la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Si los países de América Latina aumentaran la participación laboral femenina podría elevar el PIB per cápita hasta un 10 por ciento, destacó Lagarde.

Propuestas

La presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua, (REN), Blanka Callejas, dijo que “sería importante que en Nicaragua se implementara plazas de trabajo por hora, que te paguen por lo que producís y no por el tiempo que pasas en un lugar”, lo que daría una respuesta a las mujeres que laboran y tienen hijos.

“Si se lograra este tipo de propuestas hasta las mismas empresas salen ganando, porque le va a permitir ahorro de energía y el personal va ser más eficiente”, continúa.

 

“Los empresarios deben cambiar la mentalidad en que solo las mujeres pueden pedir permiso para asistir a los hijos cuando están enfermos, los hombres tienen la obligación y el derecho que en su centro de trabajo le den el permiso para ir a consulta con sus hijos”.
Blanka Callejas, presidenta de la REN.

Sala de lactancia es obligación

El especialista en derecho laboral, José López, explica que el Código del Trabajo (Ley 185) manda a que se creen lugares adecuados para que la mujer pueda continuar con la lactancia. “El empleador suministrará lugares adecuados y sillas o asientos a disposición de las trabajadoras lactantes. En los centros de trabajo, donde laboren más de treinta mujeres, el empleador deberá acondicionar o construir un local apropiado para que las trabajadoras puedan amamantar a sus hijos”, indica la ley.

En el caso de las empresas de zona franca, López solo conoce de una en Niquinohomo que ha habilitado un centro lactante, donde cada tres horas la mujer tiene que acudir a sacarse la leche que es guardada en un recipiente especial y refrigerada, para posteriormente ser suministrada a su bebé.

 

Economía CDI mujeres archivo

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