DISCULPAS A CAMPESINOS
El comisionado Francisco Díaz y el obispo Sócrates René Sándigo le están debiendo sendas disculpas a los campesinos que luchan contra la amenaza que representa para sus tierras el proyecto canalero que impulsa este gobierno. El primero los llamó gratuitamente “grupos vandálicos” emulando a Somoza cuando tildaba de “facinerosos” a quienes protestaban contra su gobierno, y el obispo Sándigo los desacreditó como una masa manipulable. Estos campesinos habrían marchado, según su criterio, durante 82 ocasiones por esos caminos de Dios solo como “punta de lanza” de mezquinos intereses de un partido y organizaciones no gubernamentales. Por supuesto, Daniel Ortega les agradecería el favor a ambos.
TE TIRO O TE MATO
La desacreditación parece ser un capítulo importante del manual de los defensores del régimen. No hay forma que alguien se salve. Es un “si te corrés te tiro, y si quedás te mato”. Si un partido u organización apoya a una protesta social, se le reclamará que está contaminando políticamente el movimiento, ya sea de ancianos por sus pensiones, de campesinos por su tierras o de mineros por sus derechos laborales. Y se les calificará de buitres, aprovechados, oportunistas, etc. Y si no participan, se les reclamara igual: “Ajá, ¿dónde estaban esos políticos cuando los ancianos, los campesinos o los mineros protestaban por su derechos?
APOLÍTICOS
Da risa ver a ciertas personas que dicen de repente que lo suyo no es la política, que lo suyo son las empresas o la religión, pero siempre que hablan se deshacen en elogios para el gobierno y son implacablemente críticos contra quienes se le oponen. ¿Qué tal si lo suyo fuera la política?
DOÑA FRANCISCA
Doña Francisca Ramírez se ha convertido en una pesadilla para el orteguismo. Acostumbrado a tratar con políticos venales, que rápidamente se alinean por una diputación o un cargo público, con doña Francisca le salió la venada careta. Doña Francisca es de esos campesinos que no piden otra cosa más que respeto a sus derechos, y que se crecen en la medida que las maldades los acosan. Es de la misma estirpe de Chico Méndez, de Brasil, de Berta Cáceres, de Honduras, o del propio Sandino, en Nicaragua.
BOLA PASADA
Yo puedo entender que el comisionado Díaz diga semejante tontería, pues al final ya sabemos que la Policía está alineada al manejo político de Ortega y el propio Díaz tiene lazos familiares con él. Pero es para mí incomprensible que el obispo Sándigo en vez de pedir respeto para esta gente que nos ha dado lecciones de dignidad y coraje a todos en Nicaragua, salga con esa barbaridad. Ya se está volviendo común en el rejuego político nicaragüense, que cuando un malandrín se mete en problemas y está en tres bolas y dos strike, aparezca un pitcher tirándole bola pasada para que salga del embrollo.
CIUDADANOS POR LA LIBERTAD
Es un caso parecido el de Ciudadanos por la Libertad. Ellos tiene todo el derecho del mundo a pedir su personería jurídica como partido y, si cumplen los requisitos, a que se les otorgue. Es más, restaurarle la personería jurídica a este grupo de ciudadanos es un caso de justicia histórica porque en reiteradas ocasiones, cuando han representado algún peligro contra el orteguismo, han sido desalojados de su “casa partidaria”. Pero, precisamente esa es la contradicción: están buscando como graciosa concesión de su mismo verdugo algo que por derecho constitucional les corresponde. Y ellos más que nadie deben saber que obtener algo así los expone a ser desalojados nuevamente tan pronto representen una amenaza, porque este sistema corrupto así como la da, porque le da la gana, así mismo la quita, porque le da la gana.
GRITERÍA
En estas circunstancias, la gestión de Ciudadanos por la Libertad se ve más como un caso de oportunismo político que como un asunto de derechos. No nos hagamos, todos sabemos que Daniel Ortega necesita lavarse la cara ahorita, precisamente para salirse de ese “tres y dos” en que está. Llegar al informe de la OEA sin el reclamo de la segunda fuerza legítima que fue desalojada de su partido. El pecado de Ciudadanos por la Libertad está en que, justo cuando Ortega necesita dar algo “por su propia voluntad” para lavarse la cara y en cambio la Patria necesita la presión de todos para imponerle un acuerdo político que lo obligue, ellos se adelantan y van a colocarse frente a la casa de Ortega a cantar: “Tu gloria, tu gloria, gozoso este día…”
