La Luna pudo haberse formado por una serie de grandes impactos, en lugar de ser resultado de una colisión gigante única, lo que explicaría por qué parece estar compuesta en su mayoría por material similar al de la Tierra y no por una mezcla de restos terrestres y de otro planeta.
En el escenario de un choque gigante único, o bien la mayor parte del material que formó la Luna procedía de la Tierra, no del impactador (el objeto que chocó con ella) o la composición de ambos era idéntica. “Ambos escenarios son posibles pero poco probables”, señala un estudio que publicó este lunes la revista Nature Geoscience.
Un equipo de expertos de Instituto Weizmann de Ciencia, de Israel, y del Imperial College de Londres realizaron diversas simulaciones numéricas de grandes cuerpos planetarios impactando contra la Tierra mientras estaba en periodo de formación. “La hipótesis de un múltiple impacto es una forma más natural de explicar la formación de la Luna”, señaló Raluca Rufu del Instituto Weizmann. “En las primeras etapas del Sistema Solar, los impactos eran muy abundantes, por lo cual es más natural que varios de ellos formaran la Luna, en vez de solo uno”, insistió Rufu.
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En dichas simulaciones, los impactos produjeron discos de desechos, muchos de los cuales estarían formados en su mayor parte por material terrestre. Después de cada impacto los discos de desechos se acumulan para formar un pequeña luna que, según sugieren los autores, habría migrado para fusionarse con una Luna en crecimiento.
Según el estudio habían sido necesarios unos 20 impactos de ese tipo en los que se formaba una pequeña luna para acabar formando el satélite terrestre. Los autores sugieren que este tipo de impactos entre la Tierra y otros cuerpos celestes grandes, capaces de crear pequeñas lunas, eran “lo suficientemente corrientes” en el interior del Sistema Solar como para crear la Luna.
Así, una Luna que se hubiera formado con varios impactos implica que el satélite se creó a lo largo de varios millones de años, en lugar de en un instante geológico. El Sistema Solar se formó hace 4,567 millones de años y la Luna lo hizo unos 100 millones de años después
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