Atrapar al público con sus propias comedias y dramas ha sido la tarea titánica de un grupo de actores y actrices que en los recientes años se han dado a la tarea de escribir y llevar sus obras a escena con éxito nacional o internacional.
Luis Harold Agurto
“En este proceso de incursionar en este bello género hemos tenido que hacer de todo, hasta vender entradas; y uno de los más productivos y con premios ha sido Luis Harold Agurto”, comenta Adolfo Torres Alfaro, su exdiscípulo.
Dedicar su vida plena a la dramaturgia, teatro y enseñanza —reconoce por su lado Agurto—, ha sido su hazaña. Sus obras Inminencia recibieron el Premio Nacional de Dramaturgia 2006, y Mírame a los ojos, el 2008.
Directores y actores han llevado a las tablas con el aplauso sonoro del publico sus monólogos, entre ellos Salgamos una vez más a escena, La mesa maldita, Perdón, El escarabajo, Tiempos de fe, Crisálida y Gajes del oficio. Asimismo sus dramas Al final de la cuerda, Doña Consuelito, otros de sus guiones, esperan turno.
Algunas de sus piezas han sido objeto de estudio del Instituto de Estudios Superiores de La Habana, Cuba y la universidad de Virginia en Estados Unidos, explica con orgullo.
Han sido traducidas al inglés, francés y holandés e incluidas en antologías latinoamericanas y locales como Teatro Nuevos Dramaturgos. Este año publicará el libro Cuentos cortos para reflexiones largas, y tiene en proceso la novela Cartas a Laura.
.
Zoa Meza
“Cada quien ha desarrollado en su dramaturgia su propia línea estética”, dice la talentosa titiritera Zoa Meza. “Escribo dramaturgia de teatro para títeres y niños, donde lo importante es la identidad cultural y empoderamiento de las niñas en las obras”, explica.
Recuerda su primera exploración con Historias de sol y luna. En estos años ha llevado a escena, Piratas, Viajes y Cipaltonal la Princesa y Norome.
Para teatro infantil está la adaptación El perro que no sabía ladrar. En teatro juvenil, La mancha de la luna. Y a la espera para ponerlo en escena, cuenta con: Abuelita y Caperucita, y El beso en la frente.
Lucero Millán
La actriz y directora mexicano-nicaragüense Lucero Millán se ha preocupado de escribir y montar obras para presentarlas con su grupo de teatro. Ha sido reconocida por su alta calidad escénica e intensidad de sus guiones sobre el amor y la memoria.
“Nunca voy a olvidar la primera impresión que tuve al llegar a Managua en el año de 1979”, dice Millán. Sus obras Ay amor ya no me quieras tanto, La ciudad vacía y Dulce compañía, han conquistado el aplauso nacional e internacional.
Gerardo Molinares
“Nosotros trabajamos en un teatro rural y nos enfocamos en un espectro más grande, no solo el campesino, sino el del obrero agrícola y el de las comunidades indígenas”, dice Gerardo Molinares, del Grupo de Teatro Nixtayolero.
Sus obras denuncian la violencia, machismo, desempleo, contradicciones de género, y hacen conciencia sobre el cooperativismo, medioambiente y liderazgo de la mujer rural.
Han estado en los escenarios Macho a macho, Emprendedoras, Si se fugan los cerebros que no se fugue el mío, Los caminos de la vida y Funerales en el Porvenir.
Piensa publicarlas en un libro. Molinares también ha impartido talleres de dramaturgia y otros con enfoque de la “nueva masculinidad”.
Javier Amor
La más reciente obra en escena del dramaturgo español-nicaragüense Javier Amor, es La última travesía, obra basada en el libreto El último viaje transatlántico de Rubén Darío. Temas como la revolución, la soledad, y el amor y la poesía se reviven en sus obras.
También ha llevado a las tablas su trilogía: El cantor de rock, La extranjera y El mutante.
Asimismo, en 2008 presentó Roque y Federico en el Parnaso. Y para este marzo estrenará Vidas paralelas, la historia de dos cosmonautas perdidos en espacio que reniegan de la cultura universal.
Adolfo Torres Alfaro
“Me considero parte de esta generación emergente de dramaturgos que trabajan por mantener muy despierto este género”, dice Adolfo Torres Alfaro, el discípulo que sigue los pasos de Agurto, su maestro.
Se graduó con la obra Churequero (2005), que se estrenará este año y la dirigirá Erasmo Alizaga. Su obra Bienvenido al Cenit ganó el Premio único III Certamen Nacional de Dramaturgia 2011. El rancho de los Castutas fue llevada al escenario, al igual el monólogo Eco.
Tiene inédita El caso Canda, Dios salve a la reina, Cicuta, y Vacío, entre otras. Ha escrito 12 obras e impartido talleres de dramaturgia con el proyecto emergente Lagartija, para Centroamérica.
Otros autores
La obra de teatro infantil Juanito y la Luna escrita en 2009 por Zaida Urbina Silva fue puesta en escena por la Comedia Nacional de Nicaragua e incluida en la Antología de Teatro de Nicaragua Nuevos Dramaturgos.
Asimismo estuvo en sala el monólogo de Job, de Bolívar González, y la versión de Andrómaca del guionista y director Charles Delgadillo.
De la escritora Gloria Elena Espinoza de Tercero, el grupo Mayboarte puso en escena en 2015 la obra Desesperación, y este año presentarán El espantapájaros, anunció Mayra Bonilla.
Y en el 2016 de Salomón Alarcón, el monólogo Solo se vive una vez en carne viva, dirigido por Alicia Pilarte.
Dramaturgos idos
César Meléndez murió a finales del 2016. Fue conocido internacionalmente por su obra El Nica o El migrante; pero desde el Teatro la Polea creó más de una docena de obras.
Flora fue la última obra que estrenó en 2012 en Nicaragua, esta es una historia de amor, maltrato y emancipación femenina.
Ernesto Soto también falleció el año pasado. La mayor parte de sus obras las publicó en su libro Neftalí, estuvieron en escena en recientes años La Resma de papel, Magnolia y La araña. Dejó inéditas Quetzalcóatl, Tiempo para amar, entre otras. Y publicó el libro de cuentos Cosas perdidas.
Alfredo Valessi murió en 2012. La directora Alicia Pilarte con el grupo de teatro Ágora, promovió en homenaje su obra El destino manifiesto. Considerado defensor del teatro moderno. Escribió más de 20 dramas, y cuatro novelas.
Guillermo Madrigal fallecido en 2012. Fue un dramaturgo con técnica. Escribió sus más importantes obras Jugo de naranja y El calvario de Valdivieso, esta última obra antropológica que rescata la memoria del religioso, comenta Torres Alfaro.