Solamente han transcurrido diez días del año nuevo, y es oportuno seguir hablando de los propósitos de cambio en la alimentación para mejorar la nutrición y salud.
Todos tenemos oportunidad de mejorar en algún aspecto. Muchas personas me han escrito y me han visitado para conversar sobre este tema.
Les comento una frase que el viernes recién pasado expresó uno de mis pacientes después de conversar sobre las bases de su plan de alimentación, él dijo: “Ahora hacemos dieta para vivir, no para sufrir”.
Es una frase muy importante para reflexionar, por eso, inmediatamente le pedí su autorización para publicarla en este espacio.
Él amablemente aceptó y además me dijo: “Es cierto, ahora se trata de comer bien y no de aguantar hambre”. Justamente ese es el primer paradigma que se debe adoptar respecto a las dietas de reducción de peso a fin de reemplazar lo que anteriormente se creía.
Me refiero a la práctica de adelgazar comiendo poco, o haciendo largos períodos sin comer, suprimiendo tiempos de comida.
Muchas investigaciones han demostrado que lo mejor para reducir de peso es evitar las restricciones calóricas drásticas, más bien conviene hacer comidas pequeñas y frecuentes, comer alimentos de todos los grupos, para lograr un balance dietario que permita obtener las sustancias nutritivas requeridas para funcionar óptimamente.
Y algo muy importante que se recomienda con base científica es incluir en el plan de alimentación productos que forman parte de la cultura alimenticia de las personas.
Un plan de dieta que cumpla con estas características permite mayor adherencia, más cumplimiento, por tanto más probabilidad de éxito, alcanzar la meta, mantener peso saludable. Ese no es el único paradigma a modificar, mencionaré varios de los más comunes.
Otro paradigma erróneo a erradicar es creer que si el alimento es de “buena calidad” no importa la cantidad que se ingiera. Esta idea puede conducir a consumir excesos de calorías a partir de proteínas y grasa saturada contenidas en productos de origen animal ingeridos sin control.
Lo ligth también engorda
El hábito de comer libremente alimentos light, creyendo que “no engordan” es otro error que frustra los intentos de perder peso.
En ciertos casos, los alimentos light se pueden incluir en el plan de alimentación, pero no son indispensables para reducir peso, ni son de consumo libre, ni provocan, por sí solos, la pérdida de peso.
En algunos alimentos, el término light significa reducción de 25 a 30 por ciento en determinada sustancias, lo cual no necesariamente es sin calorías.
Erróneamente puede caer en una ingesta alimentaria mayor. Un paradigma más para cambiar, es la justificación de comer ilimitadamente porque se ejercita físicamente.
Esto impide la pérdida de peso que está buscando. Se requiere tener balance entre la energía ingerida de los alimentos y la que gasta diariamente.Dispóngase a cambiar aquellos paradigmas que obstaculizan sus logros.
La clave para controlar el peso saludablemente, no consiste en hacer grandes sacrificios y restricciones, sino en seleccionar adecuadamente sus comidas en cantidad, combinación, forma de preparación y horario de alimentación. ¡Disfrute cuidándose!