¿Qué es belleza? ¿Unas medidas perfectas, pechos de buen tamaño y nariz perfilada, altura de 1.80, ojos claros, piel blanca o bronceada? Con esas dos interrogantes Stefanía Alemán, Miss Mundo Nicaragua 2015, comienza su artículo titulado Ponte en mis tacones, dedicado a todas las personas que critican a las Misses y las tildan de ir a pasear a los concursos internacionales
Ella dice que si no cumplís con esos estándares de belleza las redes sociales te acribillan. “Yo lo viví como muchas. No importa lo que hagas, ni cómo seas. Los seguidores ‘expertos’, que lo saben todo y que nunca han ido a un concurso jamás estarán satisfechos, siempre soñarán con fulanita de tal país, que se preparó de tal forma”, afirma.
Agrega que muchos dirán que es una Miss y no ganó corona y que con qué derecho escribe, a lo que responde: “Escribo con el mismo derecho a la libertad de expresión que un seguidor utiliza para agredir a una Miss. No necesito una corona, ni siquiera tacones o maquillaje. Soy una mujer más que aprendió a amarse, aceptarse y a creer en sí misma. Un concurso de belleza no es más que eso: la contienda entre lo que uno piensa de sí mismo versus lo que piensan los demás. Si logras terminar con la misma sonrisa y entusiasmo con que empezaste, considérate victoriosa”.
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La Miss Mundo finaliza su artículo con este párrafo: “Stefanía Alemán, mido 1.65 metros. Mis medidas son 89-65-94. Soy morena, nicaragüense, participé en Miss Mundo en el 2015 y apenas logré entrar al top 10 de BWAP y top 25 MWDeportes. Fui a pasear, dicen, aunque descansar durante la concentración era casi un privilegio. Mi pecado como el de todas: amar a mi país y ser yo misma”.