Establecer ciertos umbrales que deben ser medibles y comprobables en los territorios facilitará a que el productor tome las mejores decisiones para sembrar en este 2017, así lo analizan expertos en cambio climático.
Abdel García, oficial de gestión de riesgo del Centro Humboldt, explica que aunque el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) establece que la temporada de lluvia inicia entre el 20 y 30 de mayo para el corredor seco, esto corresponde al dato histórico y eso no es suficiente para decirle al productor que siembre o no.
Si en un territorio su media histórica era de 200 milímetros, entonces se espera que por lo menos llueva la mitad, es decir, cien milímetros dentro de la fecha señalada por el Ineter, explica García. No obstante, dicha lluvia deberá dividirse en varios días, podrían ser cuatro.
Además de ese indicador, también se mide la profundidad de la humedad del suelo, lo cual determina el tipo de semilla y las prácticas agrícolas a implementar. Esto es importante porque impacta en una de las fases más importantes: la germinación. Para el caso del cultivo de maíz, para que germine se necesita de seis días y requiere alrededor de unos 30 milímetros de agua.
Para Manuel Álvarez de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), la siembra de postrera es la más segura, aunque eso no es válido para productos como el maní, que inician a sembrarlo a principios del mes de junio.
A pesar que el riesgo siempre es latente por la variabilidad climática, Álvarez expresa que “el productor del campo es un hombre que se arriesga en cada siembra”, a la vez se muestra optimista puesto que esperan que el invierno del 2017 sea bueno y que la cosecha eleve su productividad.
Apuestan por postrera
De acuerdo a Alejandro Alemán, oficial de cambio climático de Centro Humboldt, se ha observado que el periodo más seguro para la siembra de granos básicos en el corredor seco es la postrera, donde ha mostrado un patrón de precipitación más regular que la siembra de primera.
Pero, dice que “es un poco difícil decirle al campesino que solo siembre en postrera porque las familias tienen que comer”, y tampoco se le pude decir que no se debe sembrar en primera porque va a perder, dijo el experto.
Ante la variabilidad climática, la recomendación que hacen es que la mayor inversión, en términos de siembra de granos básicos, para el campesinado sea en la fase de postrera, ya que permite sustentar las fases fenológicas del cultivo y tener mejores resultados productivos.
En transición hacia La Niña
De acuerdo a García, el país se encuentra en un período de transición hacia el fenómeno de La Niña, y existe un 70 por ciento que este pueda predominar para el presente ciclo. De hecho, menciona que varios centros meteorológicos de la región han asumido que las lluvias registradas en el mes de diciembre están relacionadas a dicho fenómeno.