Aunque con menos intensidad que en el primer duelo, los Tigres volvieron a mostrar su fuego y continuaron avanzando a paso firme hacia la tierra prometida.
La tropa de Chinandega, que el viernes convirtió el Efraín Tijerino en una plataforma de lanzamiento al desplegar un ataque de 18 hits, entre ellos tres cuadrangulares, se quedó ahora solo con siete y todos dentro del campo, pero los exprimió al máximo, en ruta a una victoria 6-5 sobre los Gigantes de Rivas, para ampliar a 2-0 su ventaja en la Serie Final de la Liga de Beisbol Profesional.
El juego dinámico, defensiva solvente y relevos oportunos, movidos con mucha precisión por el mánager Lenín Picota, fueron la base de esta victoria, que deja a los Gigantes contra la pared, después de seguir mostrándose entumidos al bate, vacilantes a la defensa y sin un aporte consistente de su abridor por segundo día consecutivo.
Una rápida reacción
Los Gigantes inauguraron la pizarra en el propio inicio, cuando Mark Joseph pisó el home tras una base, un error y una rola de Darrell Campbell. Pero los Tigres no tardaron en darle vuelta. Lo hicieron en el tercero, a través de sencillos de Ismael Munguía, Everth Cabrera y Edgard Montiel, combinados con falla del receptor de los sureños en tiro, para el 2-1.
Sin embargo, la mayor explosión, los Tigres la tenían reservada para el quinto episodio, en el que anotaron cuatro veces, explotando al abridor Gustavo Martínez, quien tras flaquear en su control (tres bases), toleró sencillo de Yurendell de Caster para ampliar la ventaja a 5-1, modificada al instante a 6-1 por doble de Osman Marval frente al relevista Juan Bermúdez.
No obstante, los Gigantes volvieron a meterse en el partido en el cierre de ese inning, con racimo de tres carreras, coronado por doblete de Reggie Abercrombie, que expulsó de la loma al abridor chinandegano, Eulogio de la Cruz, mientras Elmer Reyes agregaba otra carrera, para colocar la pizarra 6-4 por un elevado de sacrificio, ya contra el relevista Júnior Téllez.
Resurge el picheo
Los Gigantes se hicieron presentes por última vez en la pizarra en el sexto episodio, cuando Luis Alen recibió golpe y anotó por sencillo de Wuilliams Vásquez para un 6-5, en un inning que parecía para más, pero Joseph bateó para doble play, luego que amagó con tocar la bola.
Samuel Gervacio, un pintoresco lanzador de tez morena y barba roja, que lanzó en las Grandes Ligas con Houston, impidió que los sureños hicieran algo más en el séptimo, mientras los hermanos Jorge y Wilber Bucardo se encargaban de las últimas dos entradas, sellando la victoria de los felinos.
Los Tigres tampoco hicieron algo más ante los relevistas Bermúdez, Francisco Valdivia y Jonathan Aristil, quienes dejaron en blanco las últimas cuatro entradas, pero el conjunto de Chinandega no necesitaba de nada más para llevarse la valiosa victoria.
La serie continúa esta tarde (4:00 p.m.) en el estadio Efraín Tijerino de Chinandega, donde los Tigres tratarán de colocarle la soga al cuello a los Gigantes, que hasta ahora siguen volando muy por debajo de las expectativas, mientras los Tigres lucen sueltos y han mordido en el instante preciso.
Robinson López podría ser el abridor por los Gigantes, que de perder ahora, quedarán a un paso de ser barridos, algo solo sufrido por los Leones a manos del Bóer en la Final del 2006-07. Pero también podrían iniciar una remontada, algo que el zurdo Raúl Ruiz tratará de impedir por los Tigres, que van en busca de otro título más.
Detalles
El ex big leaguer Samuel Gervacio, el segundo relevo del abridor Eulogio de la Cruz (4.1in, 7h, 4cl), fue el ganador, con una faena de 1.1 inning y un hit, pero sin carreras. Salvó Wilber Bucardo.
Gustavo Martínez, quien lanzó 4.2 episodios y toleró las seis carreras de los Tigres, fue el perdedor por los Gigantes, que coleccionaron 10 hits, por siete de sus rivales, pero que fueron mejor aprovechados.
Esta es la sexta vez que un equipo toma ventaja de 2-0 en una Final de la Liga Profesional. Las otras cinco veces, ese equipo se coronó campeón. Es decir, nunca ha habido remontada a un 0-2.