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Foto de archivo en la que se muestra a una persona que viaja exponiendo su vida, colgada en la parte trasera de un camión que transporta trabajadores sobre la Carretera Panamericana Norte, cerca de Condega. LA PRENSA/MARIELA CISNEROS

Una persona viaja exponiendo su vida, colgada en la parte trasera de un camión que transporta trabajadores sobre la Carretera Panamericana Norte, cerca de Condega. LA PRENSA/MARIELA CISNEROS

Accidentes, una pandemia que viaja sobre ruedas

Las cifras de accidentes han crecido exponencialmente en los últimos años y las acciones para mermarlos han sido ineficaces

Los esfuerzos gubernamentales por disminuir la accidentalidad en Nicaragua desde el 2005 han sido ineficaces, pues las cifras de accidentes se dispararon en un 119 por ciento y las de muertos aumentaron en un 67 por ciento, según las estadísticas policiales.

Lo anterior revela que la Estrategia Nacional de Seguridad y Educación Vial que lanzaron las autoridades para el quinquenio 2005-2010 —la cual planteaba la reducción del siete por ciento anual de los accidentes—, no dio resultados, de la misma manera que la reforma a la Ley para el Régimen de Circulación Vehicular e Infracciones de Tránsito o Ley 856, en la que se aumentaron las multas, no ha conseguido disminuir la accidentalidad y la mortalidad por esta causa.

La Estrategia Nacional de Seguridad y Educación Vial lanzada por el Ministerio de Gobernación y que encabezó el Consejo Nacional de Seguridad y Educación Vial (Conasev), se proponía en el primer quinquenio (2005-2010) disminuir en siete por ciento los accidentes y era más ambiciosa en el subsiguiente quinquenio (2010-2015) cuando se proponía mermar en 15 por ciento los accidentes.

No obstante las cifras demuestran que solo en el primer quinquenio los accidentes aumentaron en un 54.8 por ciento y de 2010 a 2015 los accidentes crecieron en un 41 por ciento. Si se comparan las cifras desde 2005 —cuando se lanzó la Estrategia de Seguridad Vial— con las cifras del 2015, los accidentes crecieron en 119 por ciento, al pasar de 15,366 casos a 33,673, lo que evidencia el nulo resultado de la estrategia.

Lea también: Nicaragua sigue contando muertos en las vías

Error de enfoque

Para Roberto Orozco Betancourt, consultor en seguridad y crimen organizado, el factor esencial del fracaso de la política de seguridad vial es de “enfoque”. “Esa política está enfocada en resolver un problema y no en prevenirlo, pero además, olvida que el principal factor de los accidentes de tránsito en el mundo —no solo en Nicaragua—, es el individuo. Por ello es que la política ha fracasado”.

Orozco enfatiza en que “la política pública nunca es la ley y eso ha sido el problema, en Nicaragua creemos que todo se resuelve por la vía de la promulgación de leyes y una ley nunca puede sustituir una política pública”.

Por ello el experto en seguridad cree que “el segundo factor de fracaso de la política de seguridad vial es que se trata de una política sectorial (Ministerio de Gobernación y dependencias) y no involucra al resto de instituciones del Estado y aquellas de carácter local”.

Para Orozco, la política de seguridad vial debe incluir al Ministerio de Educación, “porque la formación cívica desde la infancia es un punto determinante en la prevención de accidentes. Como el individuo es la principal causa de accidentes de tránsito, entonces una política debe estar enfocada en el individuo desde la más temprana edad. Esto es lo que han aprendido los países europeos y, en Holanda o Finlandia, por ejemplo, se les enseña prevención de accidentes de tránsito en las escuelas”, sugiere.

Un ingeniero vial vinculado al Gobierno, que habló con LA PRENSA a condición de anonimato, coincide con Orozco en que el incremento tanto de accidentes como de muertes en las vías del país se debe principalmente a la falta de educación vial y señala que en la mayoría de los casos está presente el exceso de velocidad o adelantar a otro vehículo en zonas no permitidas.

“Tiene que ver con la educación vial, porque la señalización está en las carreteras y calles, y la gente no las respeta. De qué sirve que esté la señal si el conductor no la respeta”, agregó.

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Ejecutivo debe liderar solución

El penalista y criminólogo Sergio Cuarezma Terán es del criterio que si la Policía Nacional de Tránsito desea resultados diferentes y positivos, debe hacer las cosas diferentes.

“El poder ejecutivo debe liderar este tema y pedir a la especialidad de Tránsito que haga durante un tiempo determinado un libro blanco sobre la accidentalidad de Nicaragua, que arroje con transparencia, después de ser socialmente validado, todos los factores criminógenos sin exclusión que provocan los accidentes y que recoja las experiencias positivas que se han hecho en el país”, expresó.

Agrega que “con esta información se podrán diseñar acciones de corto, mediano y largo plazo para prevenir el fenómeno de la accidentalidad, ordenar y regular de mejor manera todo lo relacionado con la circulación vehicular”.

El también exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia agrega que “los factores que el libro blanco pueda arrojar sobre los accidentes, pueden permitirnos determinar las acciones de prevención” y cita como ejemplo, que el anuario de la Policía del 2015 destaca que una de las causas de muerte es la caída de los pasajeros (de vehículos de tina) y accidentes con animales.

“¿Qué hacer? Trabajar para que poco a poco las personas no viajen en la tina de los vehículos hasta que nadie lo haga y no habrá muertos por caídas. En el caso de los animales, advertir a la ciudadanía que estos deben estar amarrados o en los potreros, de lo contrario se multarán o se decomisarán, y los muertos por accidentes de animales bajarán. Solo entre 2015 y 2014 nos hubiéramos ahorrado la muerte de 42 y 26 personas respectivamente, para un total en dos años, de 68 personas muertas”, enfatiza el criminólogo.

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Agresividad al conducir

El analista en temas de seguridad y crimen organizado Roberto Orozco, sostiene que con base en sus estudios puede asegurar que el principal factor de accidentes es el humano.

“En Nicaragua se conduce con una agresividad incontrolable. Pero hay factores secundarios que han salido en los estudios y que no se contemplaban antes. Por ejemplo, la corrupción. Este factor indirectamente está generando accidentes de tránsito”, refiere Orozco.

Asimismo menciona como factores que inciden en la accidentalidad: el tráfico de licencias, es decir la venta y emisión de licencias sin cumplir los requisitos de ley. Además la “emisión fraudulenta” de inspecciones mecánicas. “En muchos talleres autorizados ni siquiera se inspeccionan los vehículos, solo basta con que el dueño pague directamente al propietario del taller y este le extiende el certificado respectivo”.

También señala la “impunidad por vínculos partidarios o tráfico de influencias. En muchos casos, la justicia no impera cuando el conductor homicida se trata de un conductor de bus de cooperativas que colaboran con el FSLN”. Y añade a la lista las “mordidas” para los agentes de Tránsito. “Hay casos en que los agentes han evitado aplicar la ley cuando un conductor ebrio ofrece dinero y este lo acepta y le ‘perdona’ la transgresión”.

Accidentes en espiral

Los registros estadísticos de la Policía Nacional de Tránsito revelan además del incremento en el número de lesionados que en 2005 fueron 3,287 y al año siguiente se registraron 3,958 lesionados.

En 2005 ocurrieron 15,366 accidentes que dejaron 472 muertos y en 2006 la cifra de accidentes ascendió a 14,908, dejando 472 víctimas fatales, similar al año anterior.

En 2010 el número de accidentes superó al registrado en 2005, al producirse 23,797 accidentes, un 54.8 por ciento más que al inicio del quinquenio.

El diagnóstico realizado para la presentación de la estrategia vial destacaba que la mayoría de las muertes ocurrían en las carreteras en 2005. “Dos tercios de los accidentes reportados ocurrieron en los distritos de Managua que además cuentan con un tercio de los lesionados y muertos. Otra proporción considerable de accidentes, muertos y lesionados ocurren en Matagalpa, León, Masaya y Chinandega”.

Ese año el 42 por ciento de los muertos eran peatones, 30 por ciento pasajeros de vehículos y 28 por ciento conductores, incluyendo ciclistas y motociclistas.

Apoyo de diversidad  de actores

Los autores de la estrategia referían que aplicando las medidas necesarias e involucrando a los actores públicos y privados, la accidentalidad para 2015 dejaría 380 muertos como máximo, unas 70 muertes menos que en 2005. Pero ni en 2005 hubo 310 muertos como estimaron las autoridades ni en 2015 se registró la cifra proyectada. Muy por el contrario, en 2005 se produjeron 472 muertes en accidentes y en 2015 la cifra se elevó a 675 muertes (203 casos más) y los accidentes pasaron de 15,366 en 2005 a 33,673 en 2015. “Hay mucho que hacer —analiza Cuarezma Terán—, si queremos prevenir tantas muertes, daños y dolor al país, debemos hacer nuestro libro blanco donde dejemos claro el porqué y cómo prevenir la accidentalidad, sin temor, sin secreto, con responsabilidad de país, si no, como he dicho hasta la saciedad, y lamentablemente no me he equivocado, solo tocará contar y enterrar muertos”.

(Con la colaboración de Roy Moncada).

Nacionales accidentes Accidentes de tránsito Nicaragua archivo

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COMENTARIOS

  1. Erick Téllez
    Hace 7 años

    La corrupción que nadie quiere aceptar porque vive de ella.

  2. Nica emigrante
    Hace 7 años

    Soy ing con especialidad en Tráfico. Mi recomendación es que se contraten dos ing de Tráfico (NO HAY EN NICARAGUA), se coloque uno en el Ministerio de Transporte y otro en la Policia, se les de todo el apoyo necesario, y se sigan sus recomendaciones

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