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Franklin Caldera cinéfilo nicaragüense. LA PRENSA/URIEL MOLINA

Managua 30 de Agosto del 2012.Franklin Caldera, poeta y critico de cine, posa en LA PRENSA.Foto LA PRENSA/Uriel Molina

Conozca sobre Franklin Caldera el mejor cinéfilo de Nicaragua

En nuestro medio, Franklin Caldera (Managua, 23 de noviembre, 1949) se ha acreditado la categoría de crítico cinematográfico como nadie.

En nuestro medio, Franklin Caldera (Managua, 23 de noviembre, 1949) se ha acreditado la categoría de crítico cinematográfico como nadie.

Consciente y constante, su labor la ha desplegado en revistas y suplementos culturales por lo menos desde enero de 1972, cuando en el número 8 de Taller —revista de los estudiantes de la UNAN en León— apareció, si no la primera, una de sus más tempranas críticas: La Gran Ilusión: un film de Jean Renoir.

Erudito a los 22 años

Desde entonces, Franklin trazaba con maestría su insólito conocimiento del llamado, hace algún tiempo, séptimo arte, expresión ya en desuso.

Para él se trataba de una de las mejores películas de todos los tiempos, como lo es realmente y su director “para los que lo sepan —informaba el joven de 22 años— es hijo del famoso pintor impresionista”.

Y especificaba: “La película es fluida. No hay en ella ninguna muestra innecesaria de virtuosismo y el guion de Charles Spaak y Jean Renoir es poesía pura. Los protagonistas son irreemplazables en sus papeles, lo mismo que los actores de roles secundarios. Podría, sin embargo, decirse que Erich Von Strobeim domina la película, hasta cierto punto…”. Y seguía el novel cinéfilo luciendo su erudición e inteligencia.

Franklin recuerda que Ramiro Argüello Hurtado, alma casi gemela y conductor de sus pasos iniciales, gestionó esa publicación en el referido órgano universitario que dirigía entonces Napo Fuentes con dos consejeros editoriales: José Vijil y Ramiro.

Revista de cine

En las notas sobre los colaboradores se identificó a Franklin como poeta, crítico de cine y fundador-director de montaje, la tercera revista de cine que se editó entre nosotros, limitada a un número. Con unas jocosas líneas atribuidas a una carta apócrifa de Luis Buñuel a Franklin concluía su presentación: “En realidad, vuestra revista puede ser, hoy día, la mejor de su especialidad en idioma castellano”.

La India, La Tortuga Morada y Rugama

Franklin residía en Managua con su padre Henry Caldera Pallais, o más bien: la Managua preterremoto del 72 vivía en él.

Dos emblemáticos atractivos de la capital frecuentaba habitualmente: La India —una cafetería— y La Tortuga Morada, centros aglutinadores de la sala bohemia juvenil de entonces. Ya él ha dado detallada cuenta de ambos en sus escritos, denominando a La India “Café de artistas por generación espontánea” y compartiendo el recuerdo de La Tortuga, emitido por el finado Edwin Yllescas: “Para los jóvenes de La Tortuga, el dinero, la posición social, el credo político, las posiciones del Gobierno y las demás bicheradas solo eran exactamente eso: meras bicheradas”.

Pero no solo el Cine, sino los versos atraían a Franklin. De hecho, Beltrán Morales lo había presentado —con Álvaro Urtecho y Xavier Argüello Hurtado, hermano menor de Ramiro— en La Prensa Literaria del 24 de noviembre de 1968.

Luego amistó con Leonel Rugama (1949-1970), a quien acompañaría al único recital que daría —en el referido Paraninfo de la UNAN-León— el guerrillero urbano, cuyo martirio impactó especialmente a nuestra generación. Franklin, empero, no carecía de aptitud para la política.

Revitalización poética

Aparte del Cine, su interés primordial radicaba en la literatura, concretamente en la poesía. A esta disciplina creadora no ha sido tan fiel como esperábamos sus amigos mayores.

Pero, gracias al espacio en la literaria que le concedió Marta Leonor González, resurgiría como poeta a partir del siglo XX, tras sufrir el desgarro y dureza del exilio mayaminesco. Como lo ha confesado en El autor y su obra, que el Festival Internacional de Poesía de Granada le organizó el 28 de agosto de 2012 (en el que, desde luego, estuve presente), Franklin expuso su experiencia poética.

No obstante olvidó decir, tal vez por modestia, que había aportado varias antologías breves, concretadas en temáticas como la madre (2002), la vieja Mayagna (2003), los autorretratos (2004), los amores imposibles (2006), la muerte (2007) y el padre (2009) en la lírica nicaragüense, Ligia Guillén le acompañó en esa tarea valiosa y necesaria.

En el mismo confesionario, Caldera deslinda las etapas de su existencia, signada por el Cine desde el vientre de su madre —la estadounidense Vera Murray— hasta su estada definitiva en Miami, donde se gana la vida como traductor independiente de textos extraliterarios.

Su niñez

El Cine, compensación de su niñez solitaria, comenzó a constituir su afición esencial. “Me contaba mi mamá —ha relatado— que desde que me llevaron a ver Juana de Arco con Ingrid Bergman y José Ferrer cuando yo tenía dos años, el Cine se convirtió en el centro de todos mis juegos”.

Más aun: el Cine fue —y seguirá siendo— su extrema pasión verdadera; la misma que le ha conducido a elaborar tres libros y centenares de artículos dispersos, sobre todo en La Prensa; la misma que le llevó, entre 1985 y 1995, a proyectar en videocintas aproximadamente siete mil películas de todos los países y de todas las épocas, además de ver los estrenos cinematográficos chinos (de la llamada quinta generación) e iraníes en el Festival Internacional de Cine en Miami. ¿Qué tal, Franklin?

 

Cultura cine en Nicaragua Franklin Caldera archivo

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COMENTARIOS

  1. Lorena Perez
    Hace 7 años

    Mis respetos por ese señor lo leía en mi adolescencia en La Prensa Literaria adoraba sis artículos más que pertenecía al club cine forum formado por el padre Chema del Calazanc nos reuníamos los alumnos de los colegios católicos en el cine Jardín. Adoro el cine Europeo de Fellini, Visconti, Bergman, Buñuel, Truffaut. MIs favoritas El Ladrón de Bicicletas, Umbert D.
    También conocí el café La India y la tortuga morada quedaba frente a la farmacia Al varado yo nací en 1960 tenía doce años en 1972 pero una mente fotográfica vital para ganarme la vida. Yo he pedido al Ing Cuadra sus contactos. Pero yo nunca he tenido suerte con los nicas. Saludos desde Chicago

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