Las cuatro imágenes católicas más veneradas de Carazo se dieron cita este jueves en el tradicional y colorido “Tope de los santos”.
Como a eso de las 11:40 de la mañana, después de la solemne misa presidida por el sacerdote Orlando Mendoza, salió San Sebastián de su templo con sus priostes, bailantes promesantes y fieles devotos para reunirse en el municipio de Dolores, con la Virgen de Dolores y sus compañeros de la corte celestial, Santiago Apóstol y San Marcos.
Cuando la venerada imagen avanzaba hasta la plaza del reloj, San Caralampio lo esperaba y ambos se enrumbaron hasta la Parroquia Nuestra Señora de Los Dolores, lugar donde se dio el encuentro.
Sobre la Carretera Panamericana, que estuvo custodiada por agentes policiales, a orilla de la misma, se lograban ver vehículos y familias que llegan a repartir comida, como bebidas típicas, a todas las personas que acompañaban a “Guachán” en su recorrido.
“Nosotros tenemos agradecimiento a San Sebastián, esto lo hacemos por tradición y sanidad a la familia, empezó mi mamá, sus abuelitos y ahora nosotros”, expresó Blanca Marenco, habitante de Nandaime, pero oriunda de Diriamba.
También había otros que por el sector del campo de Santa Cecilia y Rancho San Sebastián, desde unas pequeñas enramadas y frondosos árboles que generan sombra, vieron pasar al santo y aprovecharon la ocasión para reunirse con amigos y familiares para pasarla bien.
Los únicos medios de transporte público eran los triciclos, ofreciendo sus servicios a la multitud de gente, nacional y extranjera, que participó en las celebraciones.
Hubo pólvora y ventas de fritanga, comidas tradicionales y bebidas por doquier, así como comerciantes ambulantes de gafas, sombreros y otras chucherías, provenientes de otros departamentos.
Resaltó el orden y el colorido de los trajes y coreografías de los diferentes bailes representativos del municipio, como El Toro Huaco, El Güegüense, Las Inditas, Las Húngaras, El Gigante y el Viejo y la Vieja.
Gigantonas con sus enanos cabezones y redobles, marimberos y chicheros, llenaron el ambiente de sonidos y alegría todo el recorrido.
El tope de las tres imágenes vecinas este año se dio como a eso de la 1:40 de la tarde. La multitud que esperaba afuera de la iglesia católica de Dolores ondeaba sus pañuelos y gorras de diversos colores en gesto de alegría.
Por la noche los diriambinos, en el parque central, siguieron festejando con los tradicionales juegos de pólvora, fiesta popular y culminaron con la serenata a San Sebastián, que está de aniversario este viernes 20, cuando espera la visita del cardenal Leopoldo José Brenes, quien oficiará la misa.
Historia de un encuentro
La veneración a tres imágenes católicas de Carazo une cada año a la población de las tres principales ciudades y municipios de Carazo. Se le conoce como el “Tope de los santos” y ocurre tres veces en el año: primero en enero con la celebración de San Sebastián; segundo tope en abril, en festejo a San Marcos y tercer tope en julio, cuando el municipio de Jinotepe celebra a su santo patrono, Santiago Apóstol. La tradición cuenta que los topes se dan luego que hace décadas ocurriera la aparición de Santiago y San Sebastián en las playas de Huehuete luego que un barco zozobró; la dirigencia católica llevó a Santiago a Diriamba y a San Sebastián a Jinotepe, pero al amanecer de cada día los santos aparecían cambiados y fue cuando la iglesia católica local decidió “arraigar” a San Sebastián en Diriamba y a Santiago en Jinotepe, con el compromiso de reencontrarse anualmente.
20,000 personas estiman los organizadores que asisten cada año a los “Topes de santos” en Carazo, provenientes de ese departamento y de otras ciudades del país.