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Seok Hwa Hong

Armas nucleares y misiles en la península coreana

El presidente Daniel Ortega ha dicho en su discurso de inauguración de toma de posesión el día 10 de enero que el armamento atómico es un obstáculo para el desarrollo y una amenaza de destrucción para el mundo y siguió diciendo que lo ideal sería que esos países desmantelen el armamento atómico.

Estoy totalmente de acuerdo con él y apoyo su sabia decisión de alertar a los países que desarrollan todavía armas nucleares y de destrucción masiva al mundo entero. Hay gente en la comunidad internacional que carece de las necesidades básicas para su subsistencia y lucha por obtener su comida diaria. Es nuestro deber acabar con estas situaciones extremas porque todos los pueblos del mundo tienen derecho de gozar de la paz y prosperidad de la sociedad humana.

Sin embargo, el régimen de Corea del Norte toma la dirección de desestabilizar y amenazar la comunidad internacional.

Lamentablemente este gobierno comunista, liderado por un joven inexperto, realizó dos pruebas nucleares e hizo 24 lanzamientos de misiles de mediano y largo alcance el año pasado. Este régimen comunista hizo continuas amenazas verbales, incluso de hacer un lanzamiento de misil transcontinental y niega las conversaciones de seis partes, para relajar tensiones y lograr la paz y estabilidad en el noreste de Asia. Este joven no hace caso a la miseria de su pueblo, la decadencia de derechos humanos, las resoluciones de las Naciones Unidas ni las sanciones de la comunidad internacional.

Las constantes amenazas solo es una flagrante violación de dichas resoluciones y una pelea contra la sociedad humana, incluso negligencias de la vida de su pueblo. Dicha provocación constante únicamente profundizará el aislamiento internacional de este país hermético, empeorará su economía y fortalecerá la comunidad internacional que ha decidido adoptar medidas más severas.

La nueva Resolución No. 2321 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas incluye una extensión a los artículos excluidos para la exportación, fortalece las medidas para prevenir las actividades marítimas y de aviación y bloquear embarques así como las restricciones de sus actividades diplomáticas.

Durante décadas, Corea del Norte ha ignorado gravemente la credibilidad del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, lo cual pone en riesgo de convertir a Asia Noreste en la región más nuclearizado del mundo. A menos que la comunidad internacional toma acciones extraordinarias para bloquearlo, el mundo estará enfrentando su potencial de este régimen montados en misiles, de alcance largo que lleva explosivos atómicos. La comunidad internacional debe actuar y hacer cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no permitiendo que entren a sus países las figuras del régimen que están acusados de crímenes de guerra.

Corea del Norte debe reconocer claramente que la comunidad internacional no deberá bajo ninguna circunstancia aceptar la posesión de armas nucleares por su gobierno. El Gobierno de la República de Corea hace un fuerte llamado a su hermano a deponer toda actividad nuclear en cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y a volver a la mesa de conversaciones.

Corea ha mantenido su patria unificada por más de 1,300 años después de la Unificación de tres Reinos en el año 688. La República de Corea está dispuesta a lograr la reunificación pacífica y prosperidad de todo su pueblo a cualquier costo, si no fuera por dichas armas nucleares y de destrucción masiva. Se complace también en cooperar con el Gobierno de Nicaragua para resguardar la paz y seguridad del mundo y conseguir la permanente prosperidad.

El autor es embajador de Corea del Sur.   

Opinión Corea del Norte Corea del Sur Daniel Ortega archivo
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