El crecimiento futbolístico mostrado por la Selección Nicaragüense de Futbol necesita una victoria que fortalezca la buena imagen dejada en las derrotas contra Honduras y Panamá y el empate histórico ante Costa Rica, en la Copa Centroamericana. El nivel de juego practicado en esos partidos llena de optimismo para lograr este viernes (3:00 p.m.) ese ansiado éxito ante Belice, un rival que no será fácil a pesar de presentar menores argumentos.
La Selección de Futbol tiene fe en la victoria ante los beliceños para garantizar el repechaje a la Copa Oro, cuyo boleto directo lo definirá ante El Salvador el próximo domingo. Después de enfrentarse sin complejos ante los oponentes más fuertes de la región, la confianza ha crecido para imponerse a Belice, al que Nicaragua no le gana desde el 2007 y se cayó en 2013, tras los empates 1-1 en las ediciones 2009 y 2011.
No hay duda que la Azul y Blanco ganará si mantiene la misma intensidad de juego de los desafíos anteriores. El plantel titular que saldrá está descansado y motivado para rendir de acuerdo a la exigencia, después del empate histórico conseguido por los no habituales contra Costa Rica, el pasado martes. Esa exhibición de orden táctico y determinación debe ser el motor que mueva al grupo.
Plantel sólido
El éxito de Nicaragua se sustentará en ese concepto de equipo que ha desarrollado. La seguridad en la portería será determinante para recompensar el esfuerzo de los defensas, la lucha en el mediocampo de Marlon López y Luis Peralta, las proyecciones constantes de Juan Barrera y Bryan García, sumado a la imaginación de Daniel Cadena y la presencia arriba de Jaime Moreno.
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Belice es equipo de mucha experiencia, que se sabe meterse en su portería y contragolpear. El veterano delantero Deon McCaulay —el máximo goleador de equipo ante los nicas con tres tantos— y Michael Salazar, quien juega en el Impacto de Montreal de la MLS, serán un peligro constante con espacios por delante. La velocidad y fuerza de ambos complicarán a la zaga que necesitará tenerlos bien vigilados para evitar sorpresas como en el 2013.
Por lo practicado en los primeros tres duelos y el descanso de los estelares, hay confianza y fe para obtener el triunfo.