Familiares y amigos dieron el último adiós a los cinco jóvenes universitarios asesinados con cuchillo hace tres días en Liberia, norte de Costa Rica. Tres de las víctimas fueron enterrados en Upala, cantón fronterizo con Nicaragua de donde eran originarios y otra en la misma ciudad donde ocurrió el hecho.
Los cinco cuerpos fueron entregados la tarde del viernes por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Liberia. Este sábado fueron los funerales en tres escenarios distintos.
En San José de Upala, comunidad fronteriza con Nicaragua, donde los pobladores se organizaron para tal actividad, fueron sepultados Stephanie Hernández, su novio Joseph Briones y la amiga de ambos, Dayana Martínez.
A los tres se les realizó una misa en la iglesia católica de la localidad y sus ataúdes iban cubiertos con la bandera blanca y celeste de la Universidad de Costa Rica, institución donde estudiaban.
En Liberia fue sepultado Ariel Antonio Vargas Condega, de 24 años, nicaragüense naturalizado tico. Los familiares y miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día le realizaron un culto durante la mañana, previo a su sepultura en el cementerio.
A Massiel Méndez Serrano, de 24 años, sus familiares y amigos la sepultaron en el cementerio de la localidad, luego de un culto en la Iglesia Asambleas de Dios. En cada funeral, varios asistentes pidieron justicia a las autoridades.
Mientras tanto, en el hospital de Liberia, una adolescente de 14 años, sobreviviente de la masacre descubierta la mañana del miércoles 18 de enero, se recupera. Ella recibió una herida en el cuello, por lo que fue sometida a una cirugía. Oficiales de la Fuerza Pública la custodian porque se ha convertido en testigo clave del caso.
Los cinco fueron asesinados al amanecer del miércoles en un apartamento del barrio La Victoria, de Liberia, lugar donde alquilaban durante el periodo de estudio universitario en esa ciudad.
El OIJ no da pistas del confuso caso para no entorpecer la investigación. Públicamente se desconocen el móvil del hecho y posibles sospechosos.