Rafael Nadal tuvo un duelo con el futuro del tenis. Al menos por una noche, la veteranía del español fue determinante. El ganador de 14 títulos de Grand Slam, que todavía recupera su condición física tras un par de meses de inactividad por una lesión de muñeca, remontó para vencer ayer 4-6, 6-3, 6-7 (5), 6-3, 6-2 al adolescente alemán Alexander Zverev y avanzar a los octavos de final del Abierto de Australia.
El español de 30 años remató mejor al final del partido de cuatros horas, seis minutos en la Arena Rod Laver, mientras que Zverev, considerado como la próxima gran estrella del tenis, sufrió de
calambres y de nervios.
“Disfruté esta gran batalla. Perdí las últimas veces que jugué a cinco sets, y me dije, ‘hoy es el día’”, dijo el noveno preclasificado Nadal, quien había perdido ocho de los nueve partidos anteriores en los que estuvo en desventaja de 2-1 en partidos a cinco sets.
Mientras, Serena Williams tuvo un acceso más fácil a la cuarta ronda, al derrotar 6-1 y 6-3 a su compatriota estadounidense Nicole Gibbs y seguir encaminada hacia su título 23 de Grand Slam. Williams ni siquiera encaró un punto de quiebre en contra hasta que sacaba por el partido.