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Además de la marimba toca guitarra, güiro y tambores. LA PRENSA / URIEL MOLINA

Además de la marimba toca guitarra, güiro y tambores. LA PRENSA / URIEL MOLINA

Celestino, el marimbero de Catarina

Celestino López y su marimba son uno solo. Se casaron hace 70 años. De ella vive, con ella tocaba serenatas a su esposa y hasta a la cárcel fue a parar un día por ella.

La primera vez que don Celestino López vio una marimba tenía 4 años, había llegado a la comunidad Pacaya a visitar a unos familiares y el hechizo fue amor a primera vista. Era una  marimba pequeña, color café, y desde que pasó el primer bolillo por sus teclas, se dejó atrapar por el sonido que emitía. Se enamoró tanto que llegaba casi a diario a casa de sus familiares, y cuando tuvo más edad, les propuso que se la vendieran. De tanto insistir se la dejaron en 2 córdobas, y desde entonces no ha dejado de tocar el instrumento. A sus 87 años suma más de 70 años de trayectoria musical, de los cuales 20 los ha pasado en el turístico mirador de Catarina, en Masaya.

El paso de los años ha dejado arrugas marcadas en su rostro, su cabello negro ya se tiñó de blanco y sus brazos aún tienen la fuerza para cargar a cuestas la marimba cuando sale de su casa hasta el mirador. Su jornada comienza a las 10:00 a.m. y termina hasta que el cliente pida la última canción. Pero desde hace una semana don Celestino se ha ausentado porque tiene gripe y teme  que el viento fresco empeore su salud. De sus 13 hijos ninguno aprendió a tocar el instrumento, pero están orgullosos del legado de su padre.

“Él es una reliquia que tenemos aquí en Nicaragua”, dice su hijo menor, Manuel López, de 40  años. “Estoy orgulloso de mi papá porque llegar a esa edad, creo que ya ni nosotros vamos a llegar, y él sigue con su marimba, con su arte. Si mira bien aquí está todo el conjunto y es él quien lo fabrica”.

Managua 19 de Enero del 2017.Celestino Lopez (87 Años),veterano musico de Catarina Masaya .Foto Uriel Molina /LA PRENSA
Tiene más de 20 años de ir a tocar al Mirador de Catarina. LA PRENSA / URIEL MOLINA

Además de tocar marimba, toca guitarra, güiro, tambores y en su grupo interpretan desde cumbias hasta rancheras. Con el tiempo aprendió él mismo a fabricar marimbas y cuando se lo piden también imparte clases en su casa.

“Uno se inspira en la música, se inspira para trabajar bien. Cuando toco, se siente sabroso”, dice don Celestino, sonriendo.

Nacido para la marimba

El músico nació en una familia muy pobre y numerosa de Catarina. Eran 10 hermanos, de los cuales solo dos están vivos. Aprendió a leer y a escribir a la fuerza. Literalmente lo corretearon para que fuera a la escuela, pero ahora da gracias a Dios por ello.

“Mi mamá se había enfermado y me mandó a buscar un medicamento. Yo sabía que andaban reclutando a los chavalos para ir a la escuela y me fui escondido, pero no sé cómo el guardia me vio y me persiguió. Salí corriendo para que no me agarrara y cuando llegué a la esquina de la casa ahí estaba el guardia. Me corrí a la otra esquina y me volvió a seguir. Al final me atrapó y así me llevaron a la escuela”, recuerda en la sala de la casa donde creció.

La primera vez que llegó a la escuela estaba llorando y el profesor le dijo a su mamá que si no llegaba todos los días, iría un guardia a traerlo, así que don Celestino no tuvo más opción. Gracias a eso aprendió español y matemáticas. Desde pequeño comenzó a trabajar en la agricultura, dividía su tiempo en el trabajo, la escuela y la marimba. Aunque nunca tuvo un maestro de música, aprendió a tocar cualquier canción, según cuenta. “Todo lo que sé, lo aprendí de oído”.

Managua 19 de Enero del 2017.Celestino Lopez (87 Años),veterano musico de Catarina Masaya .Foto Uriel Molina /LA PRENSA
Don Celestino en la casa donde se crió antes de la remodelación. LA PRENSA / URIELMOLINA

Cuando tenía 10 años ya lo buscaban para tocar serenatas. Fue así como formó un grupo con algunos amigos y como la marimba que tenía ya no le quedaba, iba donde un vecino a que le prestara una más grande.

“Llegaba donde un señor marimbero para que me la prestara”, rememora, “Hasta que un día me dice: ‘¿Qué venís a hacer vos, chavalo?’ y le digo: ‘Vengo a prestarte la marimba’. Y me dice: ‘Ve chavalo mucho jodés, sos un irresponsable, me la vas a fregar y con qué me la vas a pagar’”. Por suerte, el señor se arrepintió y se la terminó prestando esa vez, pero el episodio acomodó una idea en la cabeza del joven Celestino: tenía que ahorrar y comprar su propio instrumento.

Arrestado por la marimba

En su juventud casi todos los días salía con el grupo a llevar serenatas. En ese tiempo necesitaba un permiso para tocar, porque los vecinos decían que la bulla los desvelaba. En una de esas noches, la Policía detuvo al grupo de don Celestino, les pidió el permiso y al ver que no lo tenían los llevó a la estación. Ahí pasaron la noche con todo y marimba y guitarras y demás pertrechos musicales. Salieron hasta el día siguiente.

Con los años, el grupo se volvió más conocido y los contrataban para ir a tocar a Purísimas, Nacimientos y fiestas privadas. Ahí, en la mitad de sus veinte, comenzó a ingerir alcohol y su mamá le exigió que dejara la música.

“Mi mamá me dice: ‘Celestino, eso te está perjudicando, no quiero más verte así. Hágame el favor y venda esa marimba’ y yo casi llorando la tuve que vender”, recuerda.

Esa fue la primera vez que se alejó de la marimba, pero la gente lo seguía buscando. Al final la pasión por la música fue más fuerte y decidió ahorrar para comprarse otra marimba.

“Le dije a mamá que no volvería a tomar y le cumplí, porque no tomo ni fumo”. Su mamá murió a los 107 años.

Managua 19 de Enero del 2017.Celestino Lopez (87 Años),veterano musico de Catarina Masaya .Foto Uriel Molina /LA PRENSA
Don Celestino López junto a su hijo menor Manuel López y sus sobrinos. LA PRENSA /URIEL MOLINA

Don Celestino estuvo casado por 40 años con Francisca Vásquez. Juntos procrearon 13 hijos, tres de ellos viven en Costa Rica. Sin embargo, desde hace 22 años él enviudó y por respeto a su memoria no volvió a casarse. Aún guarda con cariño los documentos personales de ella.

Durante toda su vida se ha dedicado a su instrumento y a trabajos temporales como repartidor de periódicos. Actualmente va al mirador de Catarina con un grupo que incluye a uno de sus nietos y también ameniza fiestas privadas. En el pueblo todos lo conocen y no hay canción que no pueda tocar. Dice que dejará de tocar hasta que su cuerpo no lo deje. La marimba es su vida. Su todo.

Además de la marimba toca guitarra, güiro y tambores. LA PRENSA / URIEL MOLINA
Además de la marimba toca guitarra, güiro y tambores. LA PRENSA / URIEL MOLINA

 

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