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Policía Nacional, Nicaragua, Policía

Policía traslada el cuerpo de Diógenes Trinidad Medina Martinez, alias “El Yogui”, el único delincuente que falleció en el tiroteo con la Policía. LA PRENSA/W. NARVÁEZ

Expolicía lideraba banda delictiva

El expolicía Diógenes Trinidad Medina Martínez, alias “Yogui”, se encargó de conformar una banda delictiva que dejó de liderar, tras ser abatido a balazos luego de disparar y matar a dos policías y dejar gravemente herido a un tercer agente.

Desde que la Policía Nacional le dio baja deshonrosa en el año 2004, el expolicía Diógenes Trinidad Medina Martínez, de 36 años, alias “Yogui”, se encargó de conformar una banda delictiva que dejó de liderar este jueves, tras ser abatido a balazos luego de disparar y matar a dos policías y dejar gravemente herido a un tercer agente.

Los agentes que murieron en la balacera son Julio César Narváez Valle y Howar Antonio Urbina Flores.

El tiroteo se registró en el barrio San Luis, donde “Yogui”, junto con tres elementos, supuestamente, planificaban un asalto. El blanco, según reportes policiales, era un comerciante del Mercado Oriental.

Eran cuatro sospechosos

Tres de los individuos estaban dentro de un vehículo color blanco, placa CT 2643, y un cuarto se encontraba en una motocicleta, según comentaron agentes y habitantes de esa zona.

“Ese carro tenía días de estar viniendo a este sector”, manifestó una pobladora, quien prefirió omitir su nombre.

Vecinos al ver a los sujetos en actitud sospechosa llamaron a la Policía Nacional y a los pocos minutos llegaron agentes de la Ajax Delgado en una patrulla que le bloqueó el paso a dicho vehículo.

“Yogui” abre fuego

Cuando los uniformados se dirigían hacia ellos para requisarlos, el conductor del auto, Medina Martínez, se bajó del mismo y realizó varias detonaciones contra los agentes. Los tres uniformados cayeron al pavimento.

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El testigo Alejandro Antonio Palma aseguró que al escuchar la balacera fue al lugar y observó a los policías heridos.

A pesar del apuro, el joven sacó su celular y grabó el ambiente tenso en el que se encontraban los agentes.

“Yogui” ya había sido ultimado de varios disparos y yacía en una acera que colinda con el muro de la iglesia evangélica cuadrangular de Nicaragua.

En el video de Palma se aprecia que decenas de policías en medio del nerviosismo levantaban los cuerpos de sus compañeros para montarlos a la tina de una patrulla.

En la tina estaba uno de los agentes heridos y el conductor pretendía arrancar pensando que ya habían subido a los tres.

“Suave, aquí está otro”, gritó un policía. Los agentes cargaban al segundo herido y corrían desesperados. “Rápido, rápido…”, continuaba gritando el mismo policía.

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Una vez en la tina de la patrulla 775, su conductor, desesperado por salvar a sus compañeros, inició la marcha y uno de los agentes baleados cayó de la camioneta al pavimento.

“Maje, se va a morir”, le decía un policía a su compañero mientras lo levantaban y subían nuevamente a la patrulla.

Finalmente acomodaron a los tres en la tina y los trasladaron al Hospital Solidaridad, donde se rindieron a la muerte el subinspector Julio César Narváez Valle, de 35 años, y el suboficial mayor Howar Antonio Urbina Flores, de 33 años.

El tercer herido, de gravedad, es el policía Oliver Manuel Chow Alvarado.

Policía no menciona a motorizado

La comisionada mayor Vilma Rosa González, jefa de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, la tarde de ayer leyó un comunicado en el que detalló que la balacera ocurrió a las 8:40 de la mañana de este jueves.

“Fueron capturados los delincuentes Paúl Jaen Leal y Víctor Manuel García Morán, de 29 y 30 años, respectivamente, ambos con antecedentes de robo con intimidación”, afirmó González.

En la escena ocuparon dos pistolas calibre 9 mm.

En el comunicado la Policía afirmó que tres sujetos se encontraban en el interior del vehículo, pero no mencionan la presencia de un cuarto elemento, que estaba a bordo de una motocicleta, con la que escapó uno de los ocupantes del auto, quien posteriormente fue apresado.

El subinspector Narváez tenía 12 años de pertenecer a esa institución y se desempeñaba como jefe de sección en el departamento de Vigilancia y Patrullaje de Managua.

Narváez dejó en la orfandad a un niño de 4 años y otro de 21 días de nacido, que procreó con su esposa Mirna Mercedes Pérez, quien recordó, entre lágrimas, que el agente le dio un beso al recién nacido antes de ir a su trabajo.

El suboficial mayor Howar Urbina, también tenía 12 años de pertenecer a la Policía y era jefe de patrulla asignado en el mismo departamento que su colega fallecido y dejó en la orfandad a un niño de 10 años.

Homenaje póstumo

En el edificio Faustino Ruiz, de la Policía Nacional, la tarde de ayer se realizó un homenaje póstumo por los oficiales caídos, quienes fueron ascendidos. El acto estuvo presidido por la jefa de facto de esa institución, primera comisionada Aminta Granera, quien manifestó que le daban seguimiento a esa banda delictiva, pero que desconocían, al momento del llamado de la población, que se trataba de la misma. Granera afirmó que el agente Julio Narváez, aún herido, disparó al delincuente y lo mató. Sin embargo, no mencionó la moto en la que, según testigos, habrían huido dos de los asaltantes.

Historial del jefe de la banda

Diógenes Medina Martínez tenía antecedentes penales desde el 2004 por robos con intimidación, robos con violencia, homicidio, portación ilegal de armas de fuego y asociación ilícita para delinquir.

En el 2004 fue condenado a siete años de cárcel por robo con intimidación con arma de fuego sin documentos. Por este delito fue puesto en libertad condicional por la juez Roxana Zapata, titular del Juzgado Primero de Ejecución de Sentencia y Vigilancia Penitenciaria.

En el 2007 fue acusado de robo con intimidación, posesión ilegal de armas de fuego en perjuicio de la empresa Evoluciones Metalmecánica SA, pero fue puesto en libertad en el 2008 por clausura anticipada de juicio, ante la falta de interés de la víctima y la ausencia de testigos al juicio.

El robo fue por más de 100 mil córdobas. La entonces juez, Ingrid Lazo, ordenó su libertad.

En el 2008 fue acusado de posesión ilegal de armas de fuego, portaba dos revólveres calibre 38 cuando lo detuvieron cerca de una joyería en el sector del Mercado Oriental. La juez Primero Local Penal de Managua lo dejó en libertad por contradicciones en la acusación.

Ese mismo año fue acusado y condenado a 25 años de cárcel por asociación ilícita para delinquir, robo con intimidación seguido de muerte y exposición de personas al peligro. Apeló la sentencia en junio del 2008, luego casó la sentencia y los magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia le redujeron la pena a 14 años de cárcel, aplicándole la retroactividad de la Ley (antiguo Código Penal), recalificando los delitos como delitos continuados y aplicando la pena del delito más grave, que era homicidio.

El 25 de mayo del 2016 el juez Celso Urbina ordenó su libertad por cumplimiento de condena con abono legal, es decir, trabajaba dentro del penal como profesor y era estudiante universitario, según informe del Sistema Penitenciario. La libertad la recuperó en junio del 2016 después de varios escritos por detención ilegal.}

En el 2014 le dictaron sobreseimiento por un robo agravado ocurrido en el 2007 en una joyería de Ciudad Sandino. La causa ya había prescrito. Se ventiló en el Juzgado Sexto Distrito Penal de Audiencia.

MARTHA VÁSQUEZ

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agentes de la Policía Nacional han muerto desde 1990 hasta diciembre de 2016 en diferentes circunstancias, la mayoría de ellos en cumplimiento de su deber, según archivos de la institución.

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COMENTARIOS

  1. Umma Gumma
    Hace 7 años

    por eso yo digo, mejor es dar la pena de muerte inmediata este tipo de delincuentes. Si asi hubiera sido, nada de esto hubiera pasado, de todas formas eso es lo que al final les espera

  2. GUARURA
    Hace 7 años

    Mucho dolor causa la perdida de un oficial de la Policia de igual forma causa mucho dolor los asesinatos injustos que la Policia conoce y que habilmente le elaboran un expediente criminal para justificar la realidad.

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