El Abecedario de la Nutrición llega a la letra M y se centra en “Mitos de la Alimentación” para aclarar qué es cierto y qué no. Especialistas te hablan claro sobre ellos.
¿No se pueden comer más de dos huevos a la semana?
Los niveles elevados de colesterol en la sangre no son consecuencia del consumo de un alimento concreto, como el huevo, sino de la dieta global, además de otros factores genéticos. La fibra dietética y la cantidad y calidad de la grasa son los factores que influyen más.
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El contenido en colesterol del huevo, que está en la yema y no en la clara, ha llevado en los últimos años a la reducción de su consumo por la creencia de que no es bueno comer más de dos huevos a la semana.
Sin embargo, el huevo es un alimento muy nutritivo, con proteínas de alta calidad que el cuerpo asimila bien; el tipo de grasas que aporta y su contenido en vitaminas, minerales y sustancias bioactivas es muy interesante.
Como respuesta a este mito, que es falso, hay que decir que se pueden tomar hasta tres o cuatro raciones a la semana, teniendo en cuenta que una ración son uno o dos huevos.
¿Comer sin gluten adelgaza?
Tampoco es cierto. La obesidad y el sobrepeso son consecuencia de la descompensación entre lo que se ingiere y lo que se gasta, y a ello contribuyen dietas ricas en grasas, azúcares, sal, y también aquí factores genéticos.
El gluten es una proteína presente en cereales como trigo, cebada, avena o centeno, que causa problemas digestivos a quienes tienen intolerancia o alergia a estos componentes.
En la actualidad, hay una moda que invita a consumir productos sin gluten con la idea de que son más ligeros y saludables, y además adelgazan, pero no es así. Estos alimentos solo ofrecen ventajas nutricionales a los celíacos.
¿El pan, la pasta, el arroz y las patatas engordan?
Rotundamente no. Clasificar los alimentos en función de si engordan o no es un gran error y no contribuye a la educación de la sociedad en nutrición.
El pan, dentro de una alimentación equilibrada, aporta minerales, vitaminas y fibra, sobre todo si es integral. Pasta y arroz ofrecen energía y son saludables y nutritivos, no hay que excluirles porque engorden.
Influye la forma de cocinar los productos; por ejemplo, no es igual unas patatas hervidas, al vapor o cocidas que fritas. Una ración de pasta salteada con verduras frescas y queso rallado supone 570 calorías, pero con nata y más queso alcanza los 800.
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Cien gramos de patatas hervidas son cien calorías, pero cien gramos de patatas fritas, son 300, y en chips, hasta 550. ¿Hay o no diferencia?
La recomendación general es tomar de cuatro a seis raciones al día de hidratos de carbono, según el grado de actividad física. No hay que temer su consumo, pero sí controlar la forma de prepararlo, con qué se acompaña, y número y tamaño de las raciones.
¿La fruta se debe tomar fuera de las comidas?
Esta regla está presente en muchas dietas milagro y de adelgazamiento, pero no tiene base científica. La fruta tiene las mismas calorías independientemente del momento y circunstancias en que se consuma, y sus nutrientes se aprovechan igual si se ingieren como parte de la comida. Además, en nuestra cultura mediterránea, la fruta se toma de postre.
Es verdad que la fruta es ideal para tomar como tentempié y evitar así picar otros alimentos de mayor contenido en grasa, azúcar o sal, y por ello es correcto tomarla también fuera de las comidas, pero el mito es falso.
¿No se puede comer con agua?
La regla general es tomar agua entre las comidas, pero también durante las comidas.
En el caso de los niños o las personas con falta de apetito, puede no ser conveniente tomarla en las comidas porque aumenta el volumen del estómago y genera sensación de saciedad, y entonces se reduce la ingesta de lo que se debe, pero se puede comer con agua perfectamente.
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