La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús expresó recientemente por medio de un comunicado titulado “Es hora de construir puentes, no muros”, su rechazo a la construcción de un muro fronterizo, empujado por la administración del presidente estadounidense Donald Trump, a lo largo de la frontera que divide los Estados Unidos de América con México.
Según el comunicado, las medidas de migración tomadas por Trump exponen a mayores peligros la vida de miles de centroamericanos, sobre todo del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), quienes abandonan sus países por el alto nivel de violencia e injusticia social que viven.
“Las órdenes ejecutivas emitidas por la administración Trump suponen violaciones graves a los derechos humanos y representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los migrantes o a cualquier persona percibida como migrante”, señalan.
Una misma voz desde el norte
Los religiosos se suman a la posición expresada anteriormente por los jesuitas de Estados Unidos y Canadá, quienes consideran las medidas migratorias una afrenta a la misión de su congregación y un asalto a los valores cristianos.
“Nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión”, sostienen.
Para los jesuitas, los gobiernos de la región deben respetar los derechos humanos. “En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad”, expresó la congregación.