Unos quince pandilleros entraron a una casa donde acribillaron a cinco personas e hirieron a otras siete en la capital de Honduras, que velaban a Edgard Ramírez, de 20 años y cobrador de un bus urbano, informaron este martes parientes de las víctimas y la policía.
El velatorio se celebraba en la misma casa donde el domingo fue asesinado a tiros Ramírez, cuyo féretro fue trasladado posteriormente a un campo de fútbol de la zona por temor a que los supuestos asesinos regresaran, según los familiares.
Juana Cerrato, dueña de casa y madre de Ramírez, contó a la agencia Afp que el hecho ocurrió cerca de la medianoche del lunes cuando los hombres armados abrieron fuego con fusiles contra las personas que asistían al velorio, en la colonia popular Mirador de Oriente.
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Muertes por “impuesto de guerra”
La policía dio a conocer el ataque en un comunicado y anunció que agentes de investigación recogieron “información preliminar en la escena del crimen para dar con los responsable de este hecho criminal”.
Cerrato, de 42 años, dijo que desconoce las causas del ataque, aunque su hijo le manifestó su temor por que supuestos pandilleros estaban matando cobradores de los buses de la capital para cobrar un “impuesto de guerra”.
Las pandillas extorsionan a los trabajadores del transporte público y dueños de negocios en diferentes ciudades de Honduras para financiar sus operaciones.
“Fuimos a pedir protección a la policía pero nos dijeron que ellos no eran guardias privados”, se quejó la mujer.
Honduras está catalogado como uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con una tasa de 60 homicidios por cada 100,000 habitantes, lejos del promedio mundial de 6.7 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).