De los peces que se pueden sacar del gran lago de Nicaragua, el Cocibolca, tan solo algunos son guapotes y la gran mayoría es tilapia, un pez de origen africano, cuyo cultivo se puede hacer pero bajo controles estrictos explican ambientalistas.
Para Carlos Rivas, director del Instituto de Capacitación, Investigación y Desarrollo Ambiental (Cidea) de la Universidad Centroamericana (UCA), la crianza de tilapia se ha mermado en los últimos años.
El Cidea viene criando tilapia desde hace 15 años, actividad que la hacen en un espacio que pertenece a la UCA, cerca de Mateare. Hasta la fecha, cuentan con unos 18 estanques que pueden almacenar entre 15 mil a 20 mil peces cada uno.
El objetivo del proyecto, explica Rivas, era capacitar a las personas de la zona para que
incorporaran a su dieta el consumo de tilapia, siempre y cuando los peces estuvieran confinados en pilas, y se garantizara que no se fugaran a cuerpos de agua.
Tilapia: ¿mala o buena?
El ambientalista Jaime Incer Barquero, sostiene que la tilapia es una especie que tiene todas las de ganar respecto el guapote, especie nativa de Nicaragua, la que se ha venido extinguiendo poco a poco. “No es porque la tilapia compita por el alimento, es porque la tilapia es agresiva y ocupa los nichos, los nidos de los guapotes y las mojarras (…)”, dijo Incer.
Para este experto, la tilapia está ocupando el lugar de reproducción de los guapotes y estos se están desapareciendo.
No obstante para Rivas se ha “satanizado” el cultivo de la tilapia, puesto que en su experiencia, ellos han fomentado el aprovechamiento del pez, pero con la precaución que se eviten las fugas. De hecho, sus pilas de crianza están lejos de cualquier cuerpo de agua, a como debe de ser, explicó.
Cultivar con responsabilidad
¿Qué si se puede o no cultivar la tilapia?, Jaime Incer considera que se puede hacer, pero en piletas controladas, lo que tampoco le da garantía al ambientalista, porque por mal manejo de estas, las tilapias se escapan e invaden las aguas dulces, y tienen una reproducción tremenda. El ecólogo Fabio Buitrago está de acuerdo con Incer. Aseguró que la tilapia es un monocultivo, y como cualquier “monocultivo acaba con la naturaleza”.
Carlos Rivas de la UCA dijo que se requiere una política de gobierno que estimule la especie del sector acuícola, pero con el cumplimiento de las normas necesarias.