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De una mina de piedra ubicada en la propiedad de la familia Castillo obtienen la materia prima para crear hermosas piezas de diferentes formas y tamaños. LA PRENSA/R. MORA

De una mina de piedra ubicada en la propiedad de la familia Castillo obtienen la materia prima para crear hermosas piezas de diferentes formas y tamaños. LA PRENSA/R. MORA

Dan“vida” a las piedras de El Quebracho

Las piedras de El Quebracho podrían estar en todo hogar que aprecia el arte. Aunque el sitio no ha sido muy promocionado, extranjeros y nacionales que buscan artesanías de marmolina llegan hasta esa comunidad del municipio de Estelí, ubicada a unos tres kilómetros al noroeste de la ciudad.

Las piedras de El Quebracho podrían estar en todo hogar que aprecia el arte. Aunque el sitio no ha sido muy promocionado, extranjeros y nacionales que buscan artesanías de marmolina llegan hasta esa comunidad del municipio de Estelí, ubicada a unos tres kilómetros al noroeste de la ciudad.

El canto constante de los gallos y una temperatura muy agradable es parte del ambiente en la propiedad de los Castillo, donde fue descubierta hace unos 20 años una mina de piedras moldeables o fáciles de tallar.

Con un especie de formón con el que da los últimos retoques a una gorda, don Ulises Castillo relata que hace todo tipo de trabajo, gracias a la experiencia que ha adquirido después de que vio a escultores como Estela Betanco y Arnulfo Talavera.

“Pero sigo aprendiendo”, expresó Ulises Castillo, quien relató que no se habían percatado de las riquezas que había en la propiedad de su padre, don Teodoro Castillo, un agricultor que también ha incentivado el trabajo artesanal de sus hijos. Fueron otros los artesanos que comenzaron a explotar la mina hasta que la asumieron los dueños de la propiedad.

Sapos, tinajas, camaleones, ceniceros, lavamanos, mesas de diferentes estilos, floreros, jarrones, tortugas, mujeres gordas y esculturales como la diosa Venus, nacimientos, elefantes y “cualquier figura que nos pidan la podemos hacer”, expresó Ulises.

LA PRENSA/R. MORA

Toda la familia se ha involucrado en diferentes momentos en hacer las artesanías. Aunque algunos miembros ya se han ido del lugar porque se han casado, otros están estudiando en otros departamentos, pero todavía hay 10 integrantes de la familia Castillo Rizo, que siguen dándole forma a estas piedras.

“Son muy buenas las obras de estos artesanos, yo las conozco bien”, expresó Salvador López, presidente de la Cámara de Turismo en el departamento de Estelí.

Celso Castillo Rizo es otro de los escultores de esta familia quien explicó que las piedras tienen sus propios colores naturales que dan un toque singular a sus obras, porque no necesitan pintura alguna.

“Hay colores amarillos, salmón, blanco, culebreado, gris, tenemos una piedra que le decimos nosotros camufle, otra de color cielo”, expresó Celso Castillo.

Después de llegar a El Quebracho numero 2 está el rótulo del IDR al pie de una cuesta donde anuncia la mina de piedras. Subiendo la cuesta se encuentran varias casitas, donde habitan las viejas y nuevas generaciones de la misma familia Castillo Rizo.

Les falta financiamiento

Para ir a la mina se debe recorrer al menos un kilómetro siempre cuesta arriba donde están los imponentes cerros con las minas que esta familia está logrando explotar con sus propios recursos, porque hasta este momento no han recibido apoyo de ninguna institución u organismo.

“Primero para sacar la piedra necesito pala y barra y después necesito para formarla, un machete, cinceles y para terminarles una lija 46, 240 y 500 de agua”, explicó Ulises, quien agregó que a pesar de las pocas herramientas que tienen, han podido hacer muy buenos trabajos que logran vender y obtener recursos para autosostenerse.

Estos escultores dijeron que sueñan con contar con una mejor infraestructura inclusive para brindar otros servicios como la venta de café, comida y refrescos a los turistas, pero el financiamiento no lo obtienen, porque los ingresos son pocos.

Pero hasta el momento solo cuentan con herramientas rústicas, tres viejos troncos de madera donde esculpen las imágenes, y sillas de plástico, algunas de ellas quebradas por el rigor del trabajo y el paso del tiempo.

El presidente departamental de la Cámara de Turismo en Estelí, Salvador López, dijo que tiene muy buenas referencias del trabajo de marmolina que hacen los hermanos Castillo.

Sin embargo, consideró que se necesita promocionar tanto el trabajo como el lugar, además del financiamiento.

“Yo creo que el problema que tienen como todas las Mipymes, tiene que ver con la falta de capital, que ellos puedan tener recursos para que puedan tener más productos, más inventarios, trabajar más holgados que puedan ir a las ferias, tener puntos de distribución donde están los mercados en Managua, hacer alianzas con algunas casas que hacen artesanías”, explicó López.

Los miembros de esta familia alternan este trabajo con las labores agrícolas, siembran granos básicos, sobre todo maíz y frijol.

Inversión de tiempo

El tiempo de elaboración de las piezas varía en dependencia de la complejidad y el tamaño. Puede ser desde dos horas hasta dos días.

Previo a eso, deben subir al cerro en busca de su materia prima. Caminan un kilómetro y de regreso cargan en sacos y hombros las piedras. Cuando se trata de piezas grandes deben buscar rocas de mayor tamaño y para llevarlas a casa las cargan en una carreta de bueyes que alquilan a un vecino.

  50
córdobas cuesta una pieza pequeña de marmolina, de cualquier forma. Hay obras de 150, 300, 500, 800 y más de 1,000 córdobas.

Reportajes El Quebracho Estelí mina de piedras archivo

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