Las obras más significativa de Patricia Belli, una de las artistas conceptuales de mayor relevancia en Centroamérica, fue reunida por el curador costarricense Miguel López en la exposición antológica Equilibrio y Colapso, una recopilación de treinta años de su vida artística.
“Aquí están casi todas las obras que de alguna manera hicieron un hito en mi trabajo”, destacó Belli.
Una de ellas fue Vuelo difícil (1999) premiada en la II Bienal de Pintura de Nicaragua, cuya propuesta creó gran polémica sobre las nuevas formas de ver la creación artística contemporánea.
Su actual muestra es vista por la artista como “la punta del iceberg” de su obra en tres décadas de hacer arte, ya que por cada de una de estas obras ha realizado cuarenta más.
La mayoría forma parte de la colección de la Fundación Ortiz Gurdián, así como del Instituto Nicaragüense de Cultura y coleccionistas privados.
Muestra itinerante
Para López, la idea de esta exposición itinerante es llamar la atención sobre su importancia para el arte latinoamericano, por ser “compleja, seductora y enigmática; y porque tiende mirada crítica a la realidad social, y manera de entender el género y la ciencia”.
Esta muestra de Belli —con menos obras— se presentó en Costa Rica en junio del año pasado. Permanecerá en Managua hasta mayo y luego se exhibirá en agosto en la Fundación Paiz de Guatemala, luego en El Salvador.
“Muchas de estas piezas no se han exhibido en décadas y no son conocidas por los jóvenes”, dijo López, quien invitó a ver esta exposición antológica de Belli.
Tres décadas de creación
La exposición antológica Equilibrio y Colapso pone en relieve los años noventa sobre el arte en los textiles que trascendió en la región, explica Belli. Y es una iniciativa del curador Miguel López del proyecto TEOR/éTica, Costa Rica.
“Estas piezas eran de ropa usada de paca, intervenida, tensada en bastidores, que rompía, que cosía y que creó imágenes de heridas zurcidas que ponían de manifiesto una apreciación del cuerpo basada en el dolor y recuperación”, recuerda Belli.
Otro de sus momentos —comentó Belli—, fue en los años ochenta con pinturas y dibujos, que también tenían que ver con las suturas pero de forma más deliberada.
También recordó sus exploraciones con muñecos de trapo, muebles tapizados, almohadas, entre otras formas para hablar sobre la condición de ser mujer, pero con un pensamiento crítico sobre el poder, la manipulación y discriminación.
Belli también ha explorado las instalaciones y el video; luego retornó parcialmente a la pintura con la intención de revisar el lenguaje pictórico.
Otros de sus trabajos recientes indagan sobre el ser humano en el mundo natural en la tierra y cosmos. Por eso comenzó a interesarse en los sismos, como una forma de metáfora de las crisis personales y subjetivas.
Recopilación de sus obras
S e publicará un libro que recopilará cerca de 120 ilustraciones de la obra de Belli, con ensayos y entrevistas, reveló el curador Miguel López, será una edición bilingüe y contará con apoyo de la Fundación Ortiz Gurdián y TEOR/éTica.
Con la exposición de Belli se ha iniciado un proyecto de revisión y difusión de las artes visuales en Centroamérica, “la próxima artista será Priscila Monge, de Costa Rica”, adelantó el curador.
Es la primera vez que una artista conceptual como Belli reúne una amplia muestra de su arte y revela su proceso creador, o bien como dice ella “sus diálogos y exploraciones sobre la condición humana”.