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La ex ministra de salud, Sonia Castro, durante una visita a la Asamblea Nacional en 2017. LA PRENSA/U.MOLINA

Señalan proceso anómalo en contrataciones de Unimark

Ex contralor señala conflicto de interés. Socia de distribuidora fue funcionaria pública y es ahora proveedora estatal.

La participación en contrataciones del gobierno de la distribuidora de medicinas, en que es socia la economista Alicia Sáenz Marenco, asesora histórica del presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, dado su condición de ex funcionaria en esta administración, muestra un proceso anómalo y al menos un conflicto de interés según el ex contralor general de la República, Agustín Jarquín.

Jarquín, quien fungió como contralor en el período de 1995-2000, sostuvo a LA PRENSA que todo indica que los ciudadanos se encuentran ante un caso más de corrupción. El ex funcionario ofreció estas declaraciones horas después que se reveló que la distribuidora de medicinas Universal Marketing Associates (Unimark), en la que Sáenz es socia, recibió desde 2009 al menos cinco millones de dólares provenientes de contratos con el Ministerio de Salud o el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

Según su escritura de constitución, Unimark fue creada en 2006 por ella y su hermano Álvaro Sáenz Galo como un centro de llamadas, pero con el regreso al ejecutivo del presidente Daniel Ortega en 2007 se convirtió en una empresa de medicinas con conexiones en la India y China, mientras Sáenz fue nombrada por el mandatario como vicepresidenta ejecutiva del INSS, una de las instituciones con las que posteriormente contrata la empresa en la que es socia.

Lea también: Los contratos estatales de la asesora de Gustavo Porras

“Hay conflicto de interés porque en diferentes momentos la misma persona o persona relacionada son funcionarios, proveedores y representantes del proveedor final, lo cual viola la constitución y ley de contrataciones y las normas internacionales”, dijo Jarquín.

En las altas esferas de poder

Sáenz fue vicepresidente del INSS desde enero de 2007 hasta el 20 de febrero de 2008, cuando inmediatamente se incorporó como asesora de la Presidencia de la Asamblea Nacional, recomendada por Porras según fuentes del partido sandinista. En noviembre de 2009, la sombra de su empresa apareció relacionada con el proceso de compra de tratamientos contra la gripe A H1 N1,  en el cual el INSS desembolsó 460 mil dólares sin rendir cuentas.

La estela de contratos con el INSS muestra su participación en la rehabilitación de Laboratorios Ramos a finales de 2009 y en enero de 2012 también se mencionaría en otras compras de medicamentos ejecutadas por esta institución en la que ella fue la segunda al mando.

De acuerdo con las fuentes gubernamentales, la economista fue nombrada en el INSS, después que Porras la colocó en el equipo de transición de la institución tras el final de la administración de Enrique Bolaños (2002-2007). Un año después de su nombramiento en el Seguro, el presidente ejecutivo Roberto López le pidió la renuncia y pasó entonces  como asesora al Parlamento por recomendación de Porras.

La sombra del presidente de la Asamblea siempre  ha estado ahí.

El caso del diputado Porras

“Hay una presunción, (pero) mientras él no firme un documento, mientras no aparezca dando un instructivo, no sea parte del acto administrativo, él (Porras) no se le puede consignar una responsabilidad”, explicó el ex contralor.

El último contrato con el Minsa para Unimark fue concedido en 2016, cuando esa institución compró medicinas para abastecer los hospitales del país. La licitación número 3012016 tuvo un monto total de 11 millones 749 mil 630 dólares, de los cuales el 24.72 por ciento correspondió a la distribuidora en que Sáenz es socia, es decir 2 millones 904 mil 635 dólares con 59 centavos, de acuerdo con la documentación. El resto fue repartido entre al menos dos docenas de proveedores.

Para el escritor Onofre Guevara, el sindicalismo de Porras, quien es el coordinador nacional del Frente Nacional de los Trabajadores, el brazo del FSLN en las calles, ni siquiera puede ser considerado como “blanco”.

Sindicalismo oportunista

“Se acostumbra calificar al sindicalismo oficialista, como “sindicalismo blanco”, pero eso no lo explica todo. Este tipo de sindicalismo es traidor a sus afiliados, porque margina la defensa de sus intereses laborales a favor de la agenda política del gobierno, básicamente anti obrera. Es un sindicalismo corrupto, porque abandona la honesta actividad gremial para actuar al servicio de otros intereses.Es un sindicalismo anti histórico, porque sus dirigentes venden sus servicios al gobierno, en perjuicio de la historia de la lucha sacrificada de los obreros que ya dura muchos años. Si se quiere resumir en pocas palabras este tipo de sindicalismo, mejor que “sindicalismo blanco”, es el calificativo de sindicalismo oportunista”, dijo Guevara.

Guevara añadió que no es justificable un contrato a una amiga de Porras, bajo ningún sistema político y en ningún tiempo, cuando se abandona el manejo honesto y, por ende, transparente de los recursos públicos en los tratos con amigos, parientes, testaferros, “lo que al final es una acción corrupta del funcionario estatal que los lleva a cabo”.

El escritor cuestionó el ambiente de impunidad reinante en la actualidad. “En todas las instituciones del Estado los funcionarios tienen toda la responsabilidad y, por lo tanto, se merecen las sanciones legales correspondientes. Pero no lo veremos ahora, como no lo hemos antes en ningún caso de corrupción oficial. Por desgracia, esta será otra mala cuenta que se transferirá a cobrar en un futuro aún incierto, porque todo aquí está corrompido a todos los niveles de la administración pública”, lamentó Guevara.

Un equipo de LA PRENSA esperó este jueves para hablar sobre el caso Unimark a Porras, que se reunió durante cuatro horas con los miembros de la junta directiva de la Asamblea Nacional, como acostumbra cada semana, pero no brindó declaraciones.

El pasado de Sáenz

Según el economista Cirilo Otero, lo que ha ocurrido con Unimark corresponde a un negocio de la organización que actualmente está en el poder, que se desarrolla por la falta de control de las instituciones.

Otero dijo que él conoció a Saénz cuando laboró en la Coordinadora Civil, donde había trabajado temas sobre justicia social, derechos humanos, entre otros, “ya ves en qué terminó”. “Ella estuvo en un momento determinado como vicepresidente del INSS, después como asesora permanente de Gustavo Porras, en Asamblea Nacional, después en el Ministerio de Salud. Porras manda en el Ministerio que la pobre ministra”, criticó.

Para el ex diputado Alberto Lacayo, quien siempre ha trabajado en el sector farmacéutico, el caso revela una Contraloría “inútil, ciega, sorda, muda e inoperante”. “Unimark tiene rato de estar supliendo al Minsa y sin licitación ya que el Minsa dejó el procedimiento de licitaciones para compra de medicinas hace rato y ya muy poco le compra a las distribuidoras privadas”, denunció.

Repartición del pastel

Según los documentos de la última licitación de medicamentos del MINSA, el Estado le compró 2.9 millones de dólares a Unimark, equivalente al 24.7 % del total de la compra. Los proveedores beneficiados fueron dos docenas, entre quienes destacaron empresarios tradicionales, o emergentes con el sandinismo como Farmacéuticos y Conexos, S.A (FARCOSA), formados con fondos del INSS, el instituto que administra las pensiones del Ejército—IPSM– y su símil de la Policía, ISSDHU.

Todos los nombres de los beneficiados con el contrato, pueden consultarse en la resolución que hemos publicado en nuestro sitio web:

Compra de medicinas Minsa 2016

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