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José Adán Aguerri

Protegiendo el salario y el empleo

El pasado 17 de febrero, el sector privado junto a más de 45 organizaciones sindicales logramos un Acuerdo Nacional de Salario Mínimo para el período comprendido entre marzo 2017 y febrero 2018 que nos beneficia a todas las partes, pero sobre todo al país.

Los objetivos que hemos perseguido desde Cosep en las negociaciones de salario mínimo han sido, en primer lugar, mantener el empleo formal existente protegiendo el poder  adquisitivo de los trabajadores y, en segundo lugar, estimular la generación de más fuentes de empleos formales a través de fomentar y promover la creación de nuevas empresas nacionales y extranjeras.
¿Cómo hemos protegido el empleo y el poder adquisitivo de los trabajadores?

No es casualidad que en siete de los últimos nueve años para los sectores fuera de zona franca y que en los últimos nueve años para el sector de zona franca hayamos alcanzado el consenso en la negociación salarial.

Desde septiembre 2007 hasta enero de este año, el salario mínimo se ha incrementado 214 por ciento, en tanto que la canasta básica lo ha hecho en 76 por ciento, es decir, que el salario mínimo para los trabajadores en la formalidad se ha incrementado 2.8 veces en relación con el incremento de la canasta básica.

A propósito de la canasta básica, cabe recordar que en el resto de Centroamérica las canastas básicas son alimentarias, contrario a lo que ocurre en Nicaragua, que además de alimentos nuestra canasta incorpora productos del hogar, tarifas y artículos de vestuario.

Además, la canasta básica está supuesta a ser cubierta en cada hogar no por una persona sino por 2.6 personas.
Por otra parte, en los últimos ocho años, el empleo formal se ha incrementado 74 por ciento según cifras oficiales, pasando de 493 mil asegurados en 2008 a 857 mil en 2016.

Pero nuestro esfuerzo gremial no se ha enfocado solo en ajustar año con año el salario mínimo, sino también en mejorar el bienestar de los trabajadores.

Por ello, en la última reforma tributaria integral que entró en vigencia en el año 2013, en consenso con el Gobierno, se amplió el techo exento de la renta de los trabajadores hasta 100 mil córdobas, una acción que ha beneficiado a la totalidad de los trabajadores que devengan salario mínimo hasta la fecha.

Asimismo, la ley de Concertación Tributaria también mantuvo la exención del IVA a los productos de la canasta básica, así como también a los bienes agrícolas, no sometidos a procesos de transformación o envase.

Aunque en ocasiones no tomamos en consideración estos temas, para ejemplificar, la canasta básica incluye gas butano, energía eléctrica y agua. En este sentido, hemos apoyado que el gas butano en la presentación de 25 libras, el suministro de 5,292 galones de agua potable a través del suministro público y el consumo inferior a 150 kwh estén exentos de IVA.

En cifras, utilizando datos del INE de diciembre 2016 el 77 por ciento de los clientes totales que reciben el servicio de energía eléctrica fueron subsidiados, esto representa cerca de 794,500 clientes.

Es el sector privado en sus diferentes facetas productivas quien asume principalmente en sus costos el subsidio de energía que beneficia a la mayoría de la clase trabajadora del país.

Otro tema que acordamos en la reforma del INSS era mantener el porcentaje de cotización de los trabajadores inamovible, en tanto que para los empleadores el aporte patronal se ha incrementado un 3 por ciento, pasando de 16 hasta llegar a 19 por ciento este año.

Y a propósito de las recientes declaraciones sobre control de precios en los productos de la canasta básica, rechazamos cualquier intervención del Estado sobre los precios. Nuestra economía en general es tomadora de precios en el mercado y no es autosuficiente. En ese contexto, una intervención resulta en lo contrario de lo que se busca.

La simplicidad y la falta de exactitud de los argumentos que se esgrimen cuando se habla de estos temas provocan una exaltación desmedida basada en políticas populistas. Debemos ser cautos y conscientes que la evaluación de los beneficios de cualquier medida se hace con base en resultados cuantificables y no en hacernos más populares.

Hemos favorecido a las empresas formales y a los trabajadores y continuaremos trabajando por el diálogo y el consenso tripartito en la búsqueda de un modelo que nos lleve hacia mejores salarios, la generación de más empleo formal y la competitividad en los mercados.

El autor es presidente del Cosep.    

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