Formar un nuevo partido en Nicaragua es mucho más difícil que mantener los sellos de un partido viejo, por más cascarón e inactivo que este sea. La Ley Electoral vigente está diseñada con requisitos muy difíciles de llenar para obtener la personería jurídica de un nuevo partido, no es como ir a una ventanilla del Consejo Supremo Electoral (CSE) y solicitarla como si fuese el trámite de una solvencia municipal.
De acuerdo con la Ley Electoral vigente, aparte de los requisitos elementales, como: nombre, emblema, principios, programas y estatutos; el patrimonio, el representante legal y el suplente, para conformar un partido político se deben constituir: una directiva nacional en un número no menor a nueve miembros; directivas departamentales en los quince departamentos y en las dos Regiones Autónomas, en un número no menor de siete miembros; y directivas municipales en los 153 municipios del país, en un número no menor de cinco miembros.
Una simple multiplicación y suma arroja que solo en directivas municipales es necesario que un nuevo partido cuente con 765 directivos esparcidos en los 153 municipios del país, más 119 directivos en los quince departamentos y dos regiones autónomas del país, más al menos nueve directivos nacionales. Total, suman 884 personas que deben ser electas en asambleas en todo el país, bajo la verificación de un miembro del CSE debidamente autorizado para tal efecto.
Ciertamente no son muchos los partidos que puedan llenar esos extenuantes requisitos, incluso los que actualmente cuentan con personería jurídica, ya no digamos los movimientos políticos que se forman a menudo y que todos sabemos que en algunos casos, sus miembros alcanzan desahogadamente en un solo vehículo.
La Ley Electoral está pensada para que los partidos tengan presencia a nivel nacional, no solamente en la capital, en los micrófonos de una radio, o ante las cámaras de un noticiero televisivo.
Con las asambleas municipales realizadas el pasado fin de semana, Ciudadanos por la Libertad (CxL) ha realizado asambleas y electo sus directivas en 136 de los 153 municipios, cada una con una concurrencia comprobada de entre veinte y doscientas personas. También ya se han realizado siete asambleas departamentales donde directivos municipales han electo las respectivas directivas departamentales.
Se está a punto de llenar todos los extenuantes requisitos capaces de dejar a los forjadores de un partido “a medio palo”, o aún sin intentarlo, por aburrimiento, agotamiento, falta de gente, voluntad o recursos. Nada se le ha regalado a CxL, ninguna concesión o negociado, como maliciosamente afirman a menudo los que no han hecho el esfuerzo de intentarlo, porque ni siquiera tienen la estructura.
También está la pregunta que a menudo se hace con insinuaciones maliciosas de “zancudismo”. La pregunta del para qué, es decir para qué hacer un partido si no hay condiciones como en las recién pasadas “elecciones”, que transcurrieron sin una verdadera competencia, sin observación y casi sin electores.
Los forjadores del Partido Ciudadanos por la Libertad, como Kitty Monterrey, han dicho que es precisamente para poder participar si hay condiciones, las que se están demandando a diario nacional e internacionalmente.
Sin un vehículo independiente, aunque hubiesen condiciones aceptables en el futuro, no sería posible participar en un proceso electoral, porque actualmente todas las casillas están viciadas y una alianza con cualquiera de sus actores no es viable ni garantía, basado en las experiencias de recientes procesos electorales.
Las esperanzas están cifradas en el “Memorandum de Entendimiento” entre el Gobierno de Nicaragua y la OEA que, según está previsto, se conocerá el 28 de febrero. En este documento se publicarán específicamente, los pasos que se tomarán en las elecciones municipales previstas para este año.
Si el contenido de este documento resultase insuficiente para participar en dicho proceso, de todas maneras queda la organización lista para seguir luchando hasta que dichas condiciones sean una realidad y así poder tener la opción democrática de acceder al poder por medio de elecciones libres, competitivas, observadas y transparentes.
El autor es periodista y ex Ministro de Turismo.
