La piscina es tu mejor aliada en verano si lo que deseas es refrescarte en casa, pero debes tomar en cuenta que si no le brindas un mantenimiento adecuado a este cuerpo de agua, podrías enfermar.
Expertos explican que dentro de los patógenos que se pueden almacenar en tu piscina incluyen bacterias, virus y hongos, en su mayoría inofensivos, aunque algunos sí pueden causar enfermedades e infecciones.
Para mantener tu piscina en óptimas condiciones toma en cuenta estas recomendaciones:
- Un diseño que permita la circulación adecuada de todo el volumen de agua.
- Tratamientos de filtración diaria.
- Análisis semanal de la química del agua.
- Limpieza y remoción de sólidos como hojas, basura, entre otros.
- Lectura semanal de los indicadores de alcalinidad y acidez.
- Desinfectar el agua usando tratamientos químicos como el cloro, ayudará a mantener la piscina con el agua limpia y transparente así como libre de microorganismos.
- Un buen cuidado del filtro de piscina permitirá que el tratamiento químico sea eficaz.
- Cepillar y aspirar las paredes al menos una vez a la semana para remover las partículas que el filtro no pueda atrapar.
- Aplicar cada 15 días el alguicida para prevenir la propagación de algas.
- Poner el clarificador cuando el agua de tu piscina esté turbia, de preferencia hacerlo por la tarde para que haga efecto toda la noche y así limpiar al día siguiente las partículas en el piso de la piscina.
Señales de alerta
Debes estar pendiente cuando notes:
- Formación de costra blanca en paredes y accesorios.
- Corrosión de paredes metálicas.
- Exceso de cloro, notorio en olor, cabellos y trajes de baño desteñidos.
- Irritación de ojos y piel.
- Agua turbia, opaca y sin brillo. Así como agua colorida (café, negra, verdosa, verde y turbia) y algas adheridas (negra y verde).
- Los profesionales consideran importante acudir a expertos en la materia cuando no notes cambios a pesar de haber realizado el mantenimiento.