El excandidato presidencial (2011) y empresario radial, Fabio Gadea Mantilla, le envió una carta al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en la que le expresa que está en “deuda con mi pueblo”.
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Gadea envió la carta con motivo del premio Oswaldo Payá, que sería entregado a Almagro de parte de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (RedLat), pero que no pudo viajar a La Habana, Cuba, para recibirlo, porque el régimen de Raúl Castro le impidió la entrada.
“Usted, al aceptar el premio que lleva el nombre del mártir cubano está renovando su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Reconocemos su determinación acompañando la lucha por la democracia en Venezuela, pero está en deuda con mi pueblo (Nicaragua), que espera de usted la misma fuerza y determinación frente al régimen dictatorial que encabeza Daniel Ortega”, manifiesta la misiva, con fecha del 20 de febrero.
El Gobierno de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega, y la OEA emitieron un informe conjunto el pasado 20 de enero, en el que acordaron un plazo de tres años para fortalecer la democracia en el país. Entre los acuerdos, la OEA se compromete a “acompañar” las elecciones municipales del próximo 5 de noviembre y el 28 de febrero la OEA y el Gobierno volverán a reunirse para firmar un Memorándum de Entendimiento que “incluirá aspectos técnicos” en aras de fortalecer la institucionalidad, en un período de tres años.
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Sin embargo, los críticos del Gobierno no están de acuerdo con este informe, porque consideran que Ortega ganó tiempo para mantenerse en el poder de manera ilegal, luego de las votaciones del pasado 6 de noviembre, que se caracterizaron por la abstención, el control partidario del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el sistema electoral, por lo cual las votaciones fueron consideradas un fraude por la oposición política y organizaciones de la sociedad civil.
Gadea, quien es crítico y opositor al gobierno de Ortega, hizo ver a Almagro los esfuerzos de los jóvenes en los países donde gobiernan regímenes autoritarios.
“Hoy, con ese premio, los jóvenes reconocen su esfuerzo. Esos mismos jóvenes luchan a diario en sus países, en mi Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba con regímenes que cercenan sus derechos y libertades y oscurecen sus futuros”, manifiesta la carta.
“Al menos yo estaré vigilante que su compromiso con este premio, tal como lo decía Oswaldo Payá: ‘Sea para que trabajemos ahora unidos y demos testimonio de unidad, llevándola a toda la humanidad con un mensaje de esperanza, de que el mundo puede cambiar y va a cambiar, para ser cada vez más humano, más libre y más justo…’”, agrega en la carta Gadea.
Elecciones sin credibilidad
Las conversaciones entre el Gobierno de Nicaragua y la OEA iniciaron el 15 de octubre pasado, luego que la OEA le presentó un informe electoral a Ortega, del cual no se conocen detalles.
En las últimas elecciones Ortega no permitió observación electoral internacional, que tradicionalmente era invitada, y excluyó a la principal fuerza política opositora, lo que le facilitó su segunda reelección consecutiva.
Los procesos electorales no tienen credibilidad en Nicaragua, debido a las pruebas de fraude que comenzaron a registrarse a partir de las elecciones municipales de 2008.
Candidato al premio
El empresario radial Fabio Gadea fue candidato al premio Oswaldo Payá que otorga la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (RedLat).
El premio, que lleva el nombre del fallecido disidente cubano, fue instituido por la RedLat en colaboración con la Fundación para la Democracia Panamericana y Ofelia Acevedo, viuda de Oswaldo Payá.
El galardón honra a personas que defienden los derechos humanos y la democracia. La organización juvenil RedLat también lleva adelante campañas anticorrupción, por la libertad de los presos políticos en toda la región, y a favor de la democracia en Cuba.
Oswaldo Payá falleció en julio de 2012 junto al también disidente cubano, Harold Cepero, tras impactar contra un árbol el vehículo en el que viajaban y que conducía Ángel Carromero, dirigente de las juventudes del Partido Popular de España.
La familia de Payá insiste en que la muerte del disidente fue un asesinato orquestado por las autoridades de La Habana.