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Filipinas

El presidente Rodrigo Duterte es acusado de haber recuperado la línea dura del dictador Ferdinand Marcos, derrocado en 1986 en la llamada Revolución del Poder del Pueblo. LA PRENSA/EFE/EPA/MARK R. CRISTINO

Filipinas conmemora aniversario de revolución en división por Duterte

El presidente Rodrigo Duterte es acusado de haber recuperado la línea dura del dictador Ferdinand Marcos, derrocado en 1986 en la llamada Revolución del Poder del Pueblo.

Los filipinos salieron este sábado a las calles en múltiples manifestaciones por el trigésimo primer aniversario del levantamiento popular contra el dictador Ferdinand Marcos, en una jornada marcada por la creciente polarización social en torno al presidente Rodrigo Duterte.

La avenida Epifanio de los Santos (EDSA) de Manila, donde unos dos millones de personas se sublevaron pacíficamente contra Marcos entre el 22 y el 25 de febrero de 1986, se fue llenando de manifestantes desde el mediodía en una calurosa jornada para conmemorar la llamada Revolución del Poder del Pueblo.

Acusaciones contra Duterte

Los asistentes a la manifestación de EDSA criticaron con sus cánticos y pancartas al presidente Rodrigo Duterte, admirador declarado de Marcos, a quien acusaron de haber recuperado la línea dura del dictador que gobernó el país con mano de hierro entre 1965 y 1986.

“Ya derrocamos a un dictador y derrocaremos a otro si es necesario”, indicó a Efe, en referencia a Duterte, Rachel Antoinette, coorganizadora de esta concentración ciudadana que se prolongará hasta la noche con espectáculos y actuaciones.

Monjas católicas en Filipinas protestan contra las violaciones de derechos humanos, durante la conmemoración de la Revolución del Poder del Pueblo. LA PRENSA/EFE/EPA/MARK R. CRISTINO

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Respaldo de seguidores

Por otro lado, el presidente encontró respaldo en sus seguidores, muy poderosos en las redes sociales, que convocaron una concentración para mostrarle su fidelidad desde esta tarde hasta el domingo en el céntrico parque de Rizal de la capital.

En cuanto a la ceremonia oficial, a diferencia de otros años el Gobierno decidió en esta ocasión celebrar el aniversario de la Revolución del Pueblo de una forma austera con un discreto acto en el cuartel de las Fuerzas Armadas de Campo Aguinaldo en Ciudad Quezón, al norte de Manila.

Duterte, que no asistió al encontrarse en su ciudad natal de Davao, envió el mensaje de que “el espíritu de EDSA no pertenece a un sector o grupo de personas, sino a todos los filipinos que creen en la libertad y democracia”, en aparente referencia a los organizadores de las protestas anti Marcos.

Simpatizante del fallecido dictador Ferdinand Marcos, derrocado en febrero de 1986 durante la Revolución del Poder del Pueblo, visita su tumba en Manila. LA PRENSA/EFE/EPA/FRANCIS R. MALASIG

Polémica por Marcos

Los restos de Ferdinand Marcos, que falleció en el exilio en 1989, fueron trasladados el pasado noviembre al Cementerio de los Héroes de Manila por iniciativa de la administración de Duterte.

El entierro generó una gran polémica, ya que Marcos está acusado de ser el responsable de la muerte, tortura o detención ilegal de más de 100,000 personas, y de haberse apropiado ilícitamente junto a su esposa Imelda de miles de millones de dólares.

Así, unas 70 personas se acercaron este sábado a las puertas del Cementerio de los Héroes para exigir con cánticos y pancartas la “exhumación” del dictador que mantuvo al país bajo la Ley Marcial entre 1972 y 1981 y su traslado a otro lugar.

“No solo hemos venido a protestar contra Marcos sino también contra otra forma de autoritarismo, la del presidente Rodrigo Duterte, ya que está tomando medidas dictatoriales como encerrar a sus enemigos políticos”, declaró la portavoz del grupo Block Marcos (Bloquead a Marcos), Tin Álvarez.

Arresto de senadora

La portavoz aludía así a la senadora Leila de Lima, la más ferviente crítica de Duterte, que fue arrestada el pasado viernes por presuntamente haber recibido sobornos de narcotraficantes cuando fue secretaria de Justicia.

El arresto de De Lima, que la oposición y la ONG Human Rights Watch atribuyen a un montaje orquestado por el Gobierno, aportó una especial tensión a la jornada de este sábado, en la que se escucharon cánticos y se observaron pancartas en favor de la liberación de la senadora.

Otra de las múltiples concentraciones de este sábado tuvo lugar frente a la Embajada de Estados Unidos en Manila, donde los manifestantes acusaron a Washington de apoyar la “guerra contra las drogas” de Duterte que ha dejado más de 7,000 muertos desde junio.

En esta concentración se produjeron pequeños enfrentamientos entre agentes y manifestantes, y dos de estos últimos sufrieron heridas leves, según la Policía.

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