La Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) recibió una solicitud para reservarse en el mercado único europeo la marca Trump para artículos tan dispares entre sí como joyas, relojes, baúles, sustancias para lavar la ropa, lociones capilares y hasta fustas o látigos.
La petición para registrar en el mercado de la Unión Europea (UE) la marca con el apellido del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibida en la Euroagencia, con sede en la ciudad española de Alicante el pasado día 15 por parte de un solicitante holandés.
El peticionario busca reservarse la marca Trump en la UE dentro tres ámbitos comerciales, uno de ellos el de la limpieza, la perfumería y la cosmética, que incluye preparaciones para blanquear, pulir, desengrasar y raspar, así como jabones, aceites esenciales, cosméticos, dentífricos y lociones capilares y otros.
También pide utilizar ese nombre en el ámbito de la joyería, la bisutería y los relojes y, en tercer lugar, para cueros, pieles y maletas, lo que comprende paraguas, sombrillas, bastones, fustas, látigos y artículos de guarnicionería.
Se abre proceso de consulta
Una vez llegada la solicitud y si no se detectaran incompatibilidades, los funcionarios de la UE suelen invertir unas cuatro semanas en publicar la intención del registro y, desde entonces, se abre un periodo de entre tres y cuatro meses para que posibles perjudicados manifiesten su oposición y si no, se procede al registro final.
Sin embargo no siempre se tiene éxito ya que, como relató a Efe el portavoz de la EUIPO, Luis Berenguer, habitualmente se rechazan las peticiones de marcas de nombres de personalidades famosas (como podría ser este caso) para evitar que “se genere confusión en el consumidor sobre el origen del producto, al estar vinculado a una persona”.
Este tipo de solicitudes que se deniegan en el proceso de estudio o que son anuladas posteriormente se ven como “registros de mala fe” porque tratan de “aprovechar el prestigio ajeno”.
La protección de una marca que otorga la EUIPO es un proceso relativamente sencillo y barato, pues supone un coste de 850 euros (unos 900 dólares) para un ámbito comercial de productos o servicios (el mercado consta de un total de 45 sectores económicos), con un sobrecoste de 50 euros por sector adicional.