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LA PRENSA

Una farsa de rendición de cuentas

El presidente de Nicaragua designado por el Consejo Supremo Electoral (CSE), se burló de la nación con la farsa de presentación del informe a la Asamblea Nacional, el martes 21 de febrero.

Daniel Ortega escarneció incluso la memoria del general Sandino, pues montó la farsa del informe el mismo día que se conmemoraba el 83 aniversario del fusilamiento del héroe nacional, quien enfatizó con vehemencia que los gobernantes deben ser elegidos libremente por el pueblo y que los bienes de la nación son sagrados y como tal deben ser respetados.

A fin de demostrar que él está en un nivel superior a la Asamblea Nacional y los diputados, Ortega no llegó a la sede parlamentaria para presentar el supuesto informe. Lo que hizo fue humillar a los diputados haciéndolos marchar en penosa fila de subordinados a otro lugar ajeno a la función legislativa. Y no para presentarles un informe de gestión presidencial propiamente dicho, sino para obligarlos a oír uno de sus acostumbrados discursos largos y confusos. Los humillados diputados no tuvieron derecho a interpelarlo, ni siquiera a preguntarle o pedirle aclaraciones, mientras que a la prensa independiente se le volvió a censurar como es práctica del régimen orteguista, impidiéndole la cobertura del espectáculo.

El informe presidencial a la nación es un componente básico del sistema de rendición de cuentas característico de la democracia. Por lo tanto es algo muy serio e incluso solemne. No hay democracia en un país donde el jefe del Estado y/o del Gobierno no le rinde cuentas a los ciudadanos, directamente o por medio de las asambleas legislativas. La rendición de cuentas y la libertad de prensa son indispensables para que los ciudadanos vigilen las decisiones del poder político y puedan estar al tanto del desempeño de la economía y de la ejecución de los programas sociales planeados y ejecutados por el primer funcionario público que es el presidente.

Después de la contrarreforma constitucional orteguista del año 2014, en la Constitución de Nicaragua se dice simplemente que el presidente tiene la atribución de presentar el informe anual a la Asamblea Nacional y que es atribución de la Asamblea Nacional recibirlo. No dice dónde la Asamblea Nacional tiene que recibir el informe presidencial, pero es obvio que debería ser en la sede del poder legislativo, no en cualquier lugar que se le ocurra al titular del ejecutivo.

También ha llamado la atención que Daniel Ortega montara este simulacro de presentación del informe presidencial, después de ocho años de no hacerlo. Algunos observadores creen que esto se debe a que en los años anteriores había en la Asamblea Nacional una verdadera oposición que lo podía cuestionar, y ahora prácticamente toda la representación parlamentaria es sumisa. Otros suponen que ha sido para engañar al secretario general de la OEA, haciéndole creer que en Nicaragua hay institucionalidad.

Pero cualquiera que haya sido el motivo de Ortega su presentación de informe ha sido una farsa, un agravio a la nación y un escarnio a la Asamblea Nacional.

Editorial editorial LA PRENSA archivo

COMENTARIOS

  1. maquiavelo.maquiavelico
    Hace 7 años

    el maquiavélico salió a decir yo tengo el poder soy el presidente con mucho poder y hago lo que me ronque en nicaragua a sus robot en la asamblea

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