Este martes 28 de febrero, en la víspera del Día Nacional del Periodista, fue difundido en las redes sociales un histórico videorreportaje de la Radio Televisión Española (RTVE), titulado Los días finales del dictador Anastasio Somoza Debayle.
El reportaje comienza con imágenes de una nutrida marcha que los periodistas, apoyados por muchos ciudadanos, realizaron el 1 de marzo de 1978, saliendo del Sindicato de Radio Periodistas de Managua y culminando en el sitio donde el 10 de enero de ese mismo año fue asesinado el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el periodista por excelencia de Nicaragua.
Antes de que concluyera aquella combativa celebración del Día Nacional del Periodista, efectivos de la Guardia Nacional irrumpieron violentamente lanzando bombas lacrimógenas para dispersar a los periodistas, que se defendieron como pudieron.
La difusión de ese video de la RTVE ha sido un buen homenaje al Día del Periodista de Nicaragua. Rememora los días tempestuosos cuando los periodistas nicaragüenses no solo ejercían un oficio respetable y reconocido socialmente, sino que también demostraban mucho valor personal. Igual que Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, muchos de aquellos periodistas estaban dispuestos a dar la vida por la libertad y la democracia.
El Día Nacional del Periodista fue creado por una ley del Congreso Nacional a fines de febrero de 1964, bajo el gobierno del presidente René Schick Gutiérrez, quien tenía la sana intención de facilitar la transición a la democracia en Nicaragua, pero no pudo lograrlo. Fue escogido este día para la celebración, en memoria de que el 1 de marzo de 1884 salió a luz el primer diario de Nicaragua, El Nicaragüense, fundado por Rigoberto Cabezas, quien pasó a la historia como pionero del diarismo nicaragüense y por haber encabezado la reincorporación de la Mosquitia al territorio de Nicaragua.
Este día es para honrar a todos los periodistas nicaragüenses, los anteriores y los actuales.
A Rigoberto Cabezas por ser fundador del primer periódico diario de Nicaragua.
A Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, como Mártir de las Libertades Públicas y héroe de la libertad de expresión y de prensa, que él calificó “base fundamental de todos los derechos de la persona humana”.
A Manuel Díaz y Sotelo y Álvaro Montoya Lara, caídos heroicamente en la lucha armada contra la dictadura somocista.
A cada uno de los periodistas que hicieron del ejercicio profesional del periodismo una tribuna de lucha por la democracia y la libertad, ante todo la libertad de prensa.
Y a todos los profesionales de la información y la opinión, que arrostrando cualquier clase de dificultad buscan la verdad para transmitirla a sus audiencias, incluso ahora que las nuevas tecnologías han convertido en comunicadores prácticamente a todas las personas.
El auténtico periodismo y los verdaderos periodistas tienen una larga vida por delante y esto también hay que celebrarlo.