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Joaquín Absalón Pastora

Contradicciones en el tiempo

Cada advenimiento anual le ofrece al pasajero que va en el tren de la historia un paisaje diferenciado por la novedad. Esta vez el acaecimiento estuvo relacionado con la “revolución cubana” 58 años después en un clima advertido por la contradicción, puestas en hogaño las miradas en el trópico en cuanto a medir los ángulos diversificados de ese trayecto. Durante el transcurso no ha sido posible evitar la mención de Fidel

Castro físicamente disuelto por las cenizas después de ser un prospecto de la inmortalidad. Empero no puede negarse que su memoria respira en los oxígenos de la historia. Merece tener la categoría de ser un hombre epónimo, dicho con mayor claridad “creador de época” con tintas en desiguales tonos que han sido siempre los insumos de la polémica. Ángel o demonio.

Nunca pretendí verlo personalmente hasta que por motivos circunstanciales el inolvidable amigo y doctor Danilo Aguirre Solís siempre interesado en el destino gremial, consciente yo de estar vegetando en la inacción profesional, me ofreció por medio de Federico Fasano, un prestigioso periodista uruguayo, ser corresponsal de Le Monde Diplomatique. No vacilé en aceptar la propuesta que debía estar condicionada a permanecer en Cuba durante la conferencia internacional en que se hizo un vigoroso llamado a los gobiernos de América Latina a no pagar ningún centavo de la deuda externa a Estados Unidos por venir esta de la explotación de un país imperialista al cual se le había pagado el saldo principal. Veía a un Fidel Castro afectivo con la sección de prensa del Centro de Convenciones al lado de sus principales invitados, Gabriel

García Márquez y Lula, con apertura para los signos de interrogación de los enviados especiales. La resolución final fue no pagar la deuda “externa y eterna”. El pronunciamiento fue teórico desde el mismo momento en que los gobiernos hicieron caso omiso de la rebeldía.

Aquí viene la contradicción. Con el transcurso del tiempo, un monstruo que vuela pero que también le da alas a la reflexión, en este 2017 la economía cubana se ha colocado en la era capitalista de los gobernantes anteriores, reducida a viajar en el vagón trasero del tren de la historia. La revolución cubana ¿involución? Viaja ahora por la ruta del capitalismo. Tuvieron que pasar 58 años para llegar a una conclusión excesivamente tardía con la cual se enviaron a la hoguera centenares de pliegos escritos, muchos de los cuales fueron dichos al aire libre sujetos al ritmo del bla bla emotivo en aquel lapso 80-85.

Especifico ahora en que consiste la contradicción en el tiempo. En Cuba ha nacido un nuevo diseño a través de “Pro Cuba”, la agencia para la promoción con tarjetas incitando a los empresarios a invertir con garantías que incluso no dan los países más capitalistas. Todo lo contrario de aquel severo llamado, de los postulados del Estado socialista irrevocable, obediente ahora con las recomendaciones de los economistas liberales de mantener la flexibilidad con los compromisos adquiridos en el nivel de los saldos en discusión. Ahora hay garantías e incentivos, el Estado garantiza la libre transferencia de divisas al exterior sin pagos de tributos o gravámenes, cero impuestos en algunos casos, ningún tributo aduanero durante el proceso de la operatividad de la inversión. Ventanas abiertas en los castillos del paraíso. Cuanta exhibición paradojal con el correr del tiempo.

El autor es periodista.

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