Pese a que Nicaragua ha logrado, en los últimos diez años, duplicar los ingresos por exportaciones de productos tradicionales (sin incluir zona franca) la estructura de participación de los grupos de productos exportables se mantiene estancada, según datos publicados por el Banco Central de Nicaragua. El agro y la manufactura siguen aportando lo mismo que hace diez años.
Los números oficiales indican que mientras hace una década de cada diez dólares que Nicaragua obtenía en el exterior por exportación de mercancías, tres los aportaban productos vinculados a la actividad agropecuaria. Y pese a que, según el Gobierno, en los últimos años ha implementado programas de fomento a las exportaciones, en el 2016 ese aporte se mantuvo invariable.
En el 2007 los ingresos por exportaciones de productos agropecuarios totalizaron 406.2 millones de dólares, equivalente al 33.24 por ciento del total de los ingresos por envío de productos tradicionales que sumaron 1,222 millones de dólares.
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Para el 2016 si bien el aporte de la actividad agropecuaria en las exportaciones sumaron 695.8 millones de dólares, es decir 71 por ciento más que en 2007, su participación dentro de los ingresos totales por las ventas el año pasado fue del 31.25 por ciento. El café, maní, ajonjolí, banano, tabaco, frijol, mango, quiquisque, ganado bovino y otros son los que más aportan a los ingresos por exportaciones de productos agropecuarios. Es sobre el café que ha recaído el crecimiento de los ingresos de productos exportables provenientes del campo en la última década, que ha pasado de aportar 188.1 millones de dólares en 2007 a 402.3 millones.
Al respecto, el economista Alejandro Aráuz plantea que el problema es que si bien han habido programas públicos de fomento a la producción exportable, estos han sido insuficientes, “no son integrales, no son articulativos y no incluyen elementos relacionados con el conocimiento y la transferencia de tecnología”.
La situación se agrava, según el economista, porque debido a que estos programas no tienen impacto fuerte en el campo, entonces no se ha logrado disminuir los riesgos del sector agropecuario, lo que ocasiona que la banca privada tampoco se atreva a financiar a los productores.
Y muestra de que las apuestas públicas de fomento a las exportaciones tienen bajo impacto, según Aráuz, es que el estatal Banco Produzcamos, que nació en 2009 para aliviar la escasez de financiamiento, no ha logrado cumplir su función de impulsar la actividad productiva, que se traduciría en mayores niveles de producción para la exportación.
“En una finca no se hace nada con 5,000 o 10,000 córdobas (de préstamos), para poder progresar y exportar más o para el consumo local al menos requerías entre dos o tres años de inversión”, enfatiza.
En el tercer Informe de Coyuntura Económica de 2016, presentado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), en capítulo referido a ¿Se ha transformado la economía nicaragüense en los últimos años?, se confirma que el crecimiento económico no había logrado transformar la matriz productiva de Nicaragua.
Y muestra de ello es que si bien se había reducido drásticamente la partición proporcional de envíos de productos primarios entre 2006 y 2015 (67 por ciento a 38 por ciento, respectivamente), Nicaragua continuaba dependiendo fuertemente del envío de recursos naturales.
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“En 2015 el 86 por ciento del valor de las exportaciones de Nicaragua correspondió a recursos naturales, productos con una sola transformación o productos de baja tecnología. En 2006, el 96 por ciento del valor de las exportaciones de bienes eran recursos naturales, productos con una sola transformación o productos de baja tecnología”, señala el estudio.
“La mejora observada entre 2006 y 2015 pudo haber sido influenciada por cambios de precios y no necesariamente por cambios en la sofisticación de los bienes físicos que se están exportando”, explica.
De hecho, en declaraciones recientes, el director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, mencionó como uno de los desafíos transformar la matriz exportadora para afrontar los vaivenes de los precios a nivel internacional.
“Los desafíos que enfrenta el país son fundamentalmente de mediano plazo y de carácter estructural. Se debe ir avanzando en la búsqueda de nuevas actividades económicas de mayor valor agregado que permita al país diversificarse más. La alta concentración de las exportaciones en productos primarios nos hace muy vulnerables a los vaivenes de los mercados y sus precios”, afirmó.
Para encaminarse a esa diversificación, “se hace urgente la necesidad de una política industrial coherente que atraiga inversiones específicas de mayor valor agregado”, indicó.
Se duplican ingresos manufactuera, pero…
También la manufactura se ha quedado estancada en su aporte a los ingresos por exportaciones tradicionales (sin incluir zona franca). Su tendencia es a la baja.
Hace una década los productos manufacturados aportaban en 52.59 por ciento del total de los ingresos por exportaciones de Nicaragua, pero en el 2016 esta se redujo a 47.22 por ciento. Es decir que en 2007 por cada diez dólares en ingresos por exportaciones, cinco provenían de la industria manufactura y el año pasado se mermó a cuatro dólares.
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Entre los productos que Nicaragua está apostando por manufacturarlos figuran los alimentos, cuyo aporte pasó de 435 millones de dólares en el 2007 a 858.3 millones de dólares, equivalente a un crecimiento de 97.31 por ciento en el periodo. El pico más alto de ingresos por exportaciones de este tipo de productos fue en 2014, cuando se logró 1,089.6 millones de dólares.
Según la Encuesta de Empresas Sostenibles Nicaragua 2015, realizada por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Organización Internacional del Trabajo, en Nicaragua las empresas invierten muy poco en nuevas tecnologías para mejorar sus procesos productivos.
Y aunque en el último año las exportaciones de productos pesqueros impulsaron parte del crecimiento de los ingresos por exportaciones, este sector muestra mayor rezago en su contribución económica. En el 2007 el sector pesquero participaba con 8.75 por ciento en las exportaciones en valores totales, mientras que en el 2016 esta se redujo a 4.81 por ciento.
Entre los productos pesqueros que integran la cesta exportadora figuran los camarones (cultivo y marinos), langosta, pescado dorado, grouper, pargo y róbalo.
Crecimiento lento
En lo que sí ha habido un crecimiento, pero bastante tímido, es en los volúmenes enviados en la última década. En el 2007 se exportaron 1,373 millones de kilos de productos tradicionales, mientras que en 2016 fueron 1,816 millones de kilos. Esto representó un crecimiento del 32 por ciento en una década. Es decir que en 2016 Nicaragua apenas exportó 443 millones de kilogramos más de productos respecto a hace diez años, según cifras del Centro de Trámites de las Exportaciones.
Más dependientes
El economista Alejandro Aráuz sostiene que el estancamiento en las estructura de la matriz exportadora confirmaría que la economía se está enfocando más en los servicios y cada vez se estaría haciendo más dependiente de las importaciones. El costo de esta apuesta es no aprovechar la actividad productiva, cuyo sector agropecuario “podría ser más rentable y podría generar más riqueza al país”, advierte.