La parroquia San José Obrero de la zona oriental de la Arquidiócesis de Managua adelanta la evangelización de cara al II Sínodo Arquidiocesano, con un programa anual pastoral que va encaminada a que los feligreses tengan una experiencia personal con Jesucristo, en el marco del centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima.
El padre José Luis Montoya, párroco de San José Obrero, manifestó que la parroquia ha entrado en un proceso de vida espiritual por medio de una serie de actividades teóricas y prácticas para poner a la comunidad en un estado permanente de misión.
Cristo es acción
“Estamos en misión porque Cristo es acción. Estamos orientando en la parroquia un proceso que hemos denominado ‘batalla espiritual, conquistando un criatura para Cristo’, que conlleva a obtener resultados a fin de año”, remarcó el sacerdote.
El padre Montoya destacó que recientemente se ha iniciado una escuela de liderazgo cristiano por medio del documento Fundamentación bíblica para el hogar católico, ya que lo que se desea es involucrar a todos los miembros de la familia en la vida de la Iglesia.
“Con este documento que estamos utilizando en la escuela de líderes, en la catequesis, es querer que las familias se preparen para el centenario, pero bajo la perspectiva de una ‘batalla espiritual’, es decir, los hogares deben ser trincheras de la fe. Tenemos que crear condiciones para que todos se involucren”, explicó el religioso, quien le da mucho énfasis a los temas de juventud y familia.
Apoyo a sínodo
La evangelización va encaminada como un apoyo al Sínodo convocado por el arzobispo Leopoldo Brenes, de cara a lograr una Iglesia más cercana y misericordiosa; como pide el Papa Francisco.
“Nuestro enfoque en las eucaristías es una animación a que debemos de involucrarnos, todas la parroquias, todas las Diócesis, dentro de éste programa del Sínodo para obtener los resultados deseados frente a un mundo moderno, que cada vez más se olvida de Dios y estruja la fe. No podemos olvidar la fuente de dónde venimos que es Cristo Jesús”, narró el padre Montoya.