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La generación del 2000

Solo han conocido un presidente. Nacieron con un smartphone en la mano e internet en el bolsillo. ¿Apáticos a la política? "No, solo somos diferentes a ustedes", dicen

Los jóvenes de la generación 2000 solo han conocido a un presidente: Daniel Ortega. Un nicaragüense nacido en el año 2000 tenía 6 o 7 años cuando Ortega tomó el poder y tendrá unos 22 cuando termine su tercer periodo consecutivo. Son “nativos digitales” y se interesan poco por las formas de hacer política de las generaciones inmediatas anteriores.

La generación 2000 nicaragüense hace parte de la generación que en el mundo llaman Centennials o Generación Z por ser nacidos después de 1995 y antes de 2009.

¿Les interesa la política? ¿De verdad su mundo se encierra en las redes sociales? ¿Qué piensan de la generación revolucionaria? ¿Qué ideas tienen sobre los presidentes anteriores a Ortega? ¿A qué partido apoyan? Domingo habló con jóvenes de esta generación para
conocer lo que piensan sobre estos temas. Y son más de 140 caracteres.

Los otros presidentes

Nadine Ramírez tiene 19 años y en octubre de 2015 decidió participar en una marcha en contra de la construcción del Canal Interoceánico. Quería hacerlo en solidaridad con los campesinos, pero la situación se tornó difícil. “De pronto vimos pasar un montón de motorizados con camisas del partido de gobierno y empezaron a seguirnos. Nos escondimos en un establecimiento de pollo
pero nos estaban corriendo”, cuenta la estudiante de Sociología.

Los motorizados la agarraron y empezaron a registrarla; encontraron un papel en el que se leían algunas irregularidades del Gobierno y decidieron llevarse todas sus cosas. Todo en las narices de la Policía Nacional, por lo que empezó a ver la política como un espacio con infinitas irregularidades.

Prácticamente la única gestión que Nadine ha vivido ha sido la de Ortega. De hecho, poco recuerda la de Enrique Bolaños, pero sí tiene presente las elecciones de 2006, aunque tenía 9 años apenas. “Recuerdo que todo mundo salió a las calles a celebrar el triunfo del FSLN. A esa edad lo que podía entender es que algo estaba mal y que con ese triunfo las cosas iban a mejorar”, expresa.

Por otro lado, Lea Bolt, de 18 años y Juan Corea, de 19, sí recuerdan algo del período de Bolaños: los apagones. Corea, miembro activo de la Juventud Sandinista y estudiante de Derecho, ha escuchado hablar muchos sobre el periodo de Arnoldo Alemán. “Se hablaba de la alta corrupción que se vivía en nuestras instituciones públicas. Pero con el que más experimenté situaciones difíciles fue con el gobierno de Bolaños”, dice. Nelyor Hernández, de 19 años, sentado en la misma mesa que Ruiz y Corea, dice que hablar de los apagones de Bolaños es un cliché, porque es algo que “todo mundo” menciona.

10 años de Ortega

Claramente, la principal imagen presidencial que han tenido ha sido la de Ortega, quien ya lleva diez años en el poder. Lea Bolt explica que ver al presidente Ortega extenderse tanto tiempo en el poder le hizo darse cuenta de que el sistema democrático siempre tendrá fallas. “Nicaragua estuvo sometida a una dictadura muy fuerte y hubo una revolución que la liberó, pero que terminó en las mismas, porque ya un gobierno de diez años es un signo de preocupación para un país”, explica además la joven.

Elvira Cuadra, investigadora social y exdirectora del Ieepp, explica que a los jóvenes sí les ha afectado crecer viendo a una sola figura en el poder. “Hay un discurso y una práctica gubernamental que les muestra un ejemplo de accionar político que no se corresponde con los principios democráticos”, asegura Cuadra.

Para Alaisa Rocha, estudiante de Comunicación, de 19 años, la fórmula de la política es simple: debe traducirse en democracia. “Si quiero aplicar esa fórmula basándome en la política de Daniel no hay de donde me salga la democracia. Durante todo este período de su más bien dictadura, Ortega y Murillo han dejado mucho que desear, como para no quererlos ni un año más en el poder”, asegura la joven.

Juan Corea, militante activo del Frente Sandinista, dice que el mejor ejemplo de cuando su partido practicó la democracia fue en las elecciones de 1990, cuando él no había nacido. “El partido actual ya lo hizo cuando ganó Violeta Barrios. Humberto Ortega si hubiera querido, no lo hubiera dejado, debido a que él era el comandante en jefe del ejército, y si él quería se levantaba el ejército y daba golpe de Estado”, expresa Corea.

Para Lía Ruiz, católica y miembro del Hogar Zacarías Guerra, de 20 años, los conceptos que ella tiene de democracia, oposición, derechos humanos y libertad de opinión, no se cumplen en Nicaragua. “La oposición no está estructurada y eso influye en qué tan democrático es el país. Hay muchas instituciones que velan por los derechos humanos, pero vos podés ver todos los casos que se dan. Existe democracia en teoría, pero Nicaragua es un régimen muy vertical. Por eso es que estamos pasando una etapa difícil”, explica.

Sin embargo, para expresar sus conformidades e inconformidades pocas veces o casi nunca han recurrido a tomarse las calles y protestar. Para ellos su libertad de expresión está en las redes sociales. En las calles corren el peligro de que los policías lleguen a reprimirlos, en Facebook o en Twitter, no. Ahí, en las multipantallas que maneja, son libres.

Revolución en las redes

Juan Corea, estudiante de Derecho, cree que sería genial ver a un diputado tuiteando. O a alguno que tenga menos de 35 años. “Yo nunca he visto que un diputado de cualquier bancada tenga interacción en Facebook o en Twitter. Sería muy bonito ver eso. Si un diputado pone algo en Twitter nosotros reaccionaríamos a eso. Los líderes políticos deberían darle la oportunidad a eso”, dice Corea.

Los jóvenes se quejan de ser llamados apáticos políticos por su poca o nula participación partidaria, pero el punto en común de todos es que son una generación diferente, y por tanto, una forma diferente de hacer política.

La publicación del estudio Masculinidad hegemónica en los jóvenes posrevolución, del Centro de Investigación de la Comunicación, generó un cambio de opiniones en redes sociales y medios nacionales sobre la apatía de la generación de jóvenes nicaragüenses, por la política del país.

La antropóloga e investigadora Gabriela Montiel explica que en la sociedad nicaragüense existen conceptos y esquemas muy limitados sobre lo que es la política. “¡Esta concepción cerrada de lo que es político imposibilita ver las posturas políticas de generaciones más recientes en la historia”, explica.

Por otro lado, Ernesto Valle, comunicador e investigador en temas de juventud, comunicación y tecnología, asegura que los partidos políticos y los medios de comunicación califican de apático a todo lo que parezca joven. “Sin embargo, como vemos en diferentes momentos (#OcupaINSS, la marcha gay, el paro del 8M, las bicicletadas) hay un montón de jóvenes participando. Entonces más bien creo que deberíamos preguntarnos si lo que llaman ‘apatía’ es no alineación a un proyecto político”, afirma Valle.

 

 La Generación Z

La llamada Generación Z es la primera generación nativa digital. Y una de las características de sus miembros es la preferencia de las redes para expresar una idea u opinión. Todos los jóvenes entrevistados aseguraron usar más de tres redes sociales. Ernesto Valle, comunicador e investigador en temas de juventud, comunicación y tecnología, dice: “Se caracterizan por una visión totalizada por la tecnología y una vida mediada por las pantallas. Ya ellos no tienen ciertas experiencias analógicas —como sí las tuvieron los millennials— o al menos más prolongadas: que los casetes, que los libros, que los cd, los dvd, etc.”

Nadine Ramírez, por ejemplo, es voluntaria en la ONG que promueve el desarrollo comunitario. “Para mí eso es lo político, organizarte para promover el mejoramiento de ciertas situaciones desiguales”, dice. Además, agrega que “las generaciones antes de las nuestras esperan a que nosotros reaccionemos ante situaciones de injusticias de la misma manera en la que ellos lo hicieron y la verdad es que eso no se puede, los contextos son diferentes y por lo tanto las reacciones son diferentes”.

Nelyor Hernández hace política desde sus redes sociales. “Yo en mis redes sociales veo bastante participación, porque somos una generación diferente. Nuestra forma de expresarnos y de entrometernos en la política es a través de las redes sociales. Es nuestra forma de hacer revolución”, expresa.

El psicólogo y bloguero Alberto Sánchez Argüello indica que “los chavalos y chavalas han carecido de grandes testimonios de que algo pueden cambiar. Las posibilidades que se les da de poder ejercer su capacidad de acción son mínimas. No es casualidad que ellos y ellas se vuelvan apáticos”.

Lea Bolt explica que no es necesario andar en las calles, en marchas o en actividades, no significa que no quieran saber de política. “Lo que pasa es que tenemos una manera diferente de accionar. ¿Por qué? Porque las generaciones anteriores tenían un voluntarismo heroico. Como joven no me considero una apática política”, concluye.


Juventud Sandinista, UNEN y el CUUN

El sociólogo y analista político Oscar René Vargas explica que la actual Juventud Sandinista se moviliza por intereses de beneficio personal. “Los dirigentes de los estudiantes universitarios se movilizan cuando los afecta el dinero que reciben de la cuota de la universidad”, dice. Además, asegura que es bastante notorio el no interés político de los jóvenes, ya que ante las preguntas de los periodistas se evidencia que desconocen cosas elementales.

“Anteriormente los miembros de la Juventud Sandinista se movilizaban por el motivo de cambiar el país, tenían una motivación política e ideológica, tenían una disposición por mejorar las cosas. Creo que el ejemplo más importante fue la Cruzada de Alfabetización. La juventud estaba dispuesta a sacrificar algo en beneficio de los más necesitados ahora no tienen esa disposición, lo que los motiva son sus intereses personales”, cuenta Vargas.

El relevo generacional

Uno de los aspectos en los que todos los jóvenes entrevistados coincidieron es en el hecho de que no sienten que tengan chance o espacio en las instituciones, partidos, movimientos, que históricamente han estado liderados por adultos. Por ejemplo, Nelyor Hernández asegura que “si nos ponemos a pensar, en los últimos 30, 40, 50 años están las mismas personas en la política, los únicos que no están son los Somoza. Está Daniel Ortega, Humberto Ortega, Eduardo Montealegre, Alemán, don Fabio Gadea. La misma gente. Y no veo a los jóvenes ocupando los cargos de estas personas. No solo en el campo político. Tenía un profesor de secundaria que decía: ‘Tenemos un sistema de educación del siglo XIX, enseñado por profesores del siglo XX para personas del siglo XXI’”.

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