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corrupción. Nicaragua, Transparencia Internacional, Albanisa

Desde que el dictador Daniel Ortega asumió el gobierno se ha aumentado la corrupción en el Estado. LA PRENSA/O.NAVARRETE

Ortega domesticó al sindicalismo

Aunque haya diputados en la Asamblea que fueron dirigentes de sindicatos, incluyendo al presidente del Parlamento, Gustavo Porras, no garantizan derechos.

Aunque haya diputados en la Asamblea Nacional que fueron dirigentes sindicales, incluyendo al presidente del Parlamento, Gustavo Porras, estos no han garantizado el cumplimiento de los derechos de los trabajadores.

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Según el periodista y exdirigente sindical, Onofre Guevara, el gobierno de Daniel Ortega logró corromper a la dirigencia sindical, y a través de esto domesticó al sindicalismo.

“Eso es una combinación de factores negativos que pueden interpretarse como oportunismo de parte de los dirigentes, de desviaciones de principios y en general una situación de corrupción, que va en detrimento de los intereses de los trabajadores”, expresó Guevara.
También dijo que la corrupción personal de algunos dirigentes sindicales “ha arrastrado al movimiento sindical a la dependencia de organizaciones políticas, como es el caso del orteguismo”, lo que considera una “traición a los intereses de los trabajadores”.

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En una imagen de 2010, el diputado Gustavo Porras, presidente de la FNT y ahora también de la Asamblea. LA PRENSA/ARCHIVO

Aquel engaño

Guevara explicó que en el pasado, los trabajadores se integraron en masa a los sindicatos de orientación sandinista “recién nacidos”, porque confiaron en que el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) iba a tolerar las demandas de los trabajadores sin represión alguna. Pero lo que pasó fue que los trabajadores fueron usados como reservas para la guerra en los años 80 y los dirigentes sindicales respondían más a los intereses del partido que a las demandas laborales, porque al triunfar la revolución sandinista, el FSLN impuso sus propios dirigentes en los sindicatos.

Guevara mencionó que Porras, actual presidente de la Asamblea Nacional y por décadas líder de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fedsalud), fue un caso especial, porque fue un dirigente de la Juventud Somocista en Estelí, que se convirtió en sandinista el 20 julio de 1979.

Según Guevara, Porras y Ortega convinieron en reorientar el dominio partidario de Fetsalud como instrumento de dominio del orteguismo, cuando el FSLN retornó al poder en 2007.

Para Guevara, muchas de las organizaciones sindicales actuales “son organismos acondicionados a las exigencias de la agenda de los dos personajes que ejercen de hecho el gobierno absoluto en Nicaragua”, en alusión al presidente y a la vicepresidenta designados por el poder electoral, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Cambiaron las reglas

El sindicalista Nilo Salazar, dirigente de la Confederación General de Trabajadores independiente (CGT-i), dice que el mejor proyecto económico que conoció fue el del Frente Sandinista en los años 80, cuando sus dirigentes lo planificaron siendo pobres, pero desde que llegaron al poder las reglas cambiaron, porque ahora son dueños de empresas, y ya no están a la par de los trabajadores. Según Salazar, esa fue la razón de la anulación este año de la iniciativa de Ley de Tercerización, que protegía los derechos de los subcontratados.

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