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Bonanza

Maura Hernández Hernández se recupera en una de las salas del hospital de Bonanza. LA PRENSA/J. GARTH.

Se quitó la vida al creer muerta a excompañera en Bonanza

Otra mujer fue agredida en Bonanza, Caribe Norte, y se recupera en el hospital de esa localidad, mientras su agresor murió la madrugada de este miércoles luego de ingerir dos pastillas para curar frijoles

Otra mujer fue agredida en Bonanza, Caribe Norte, y se recupera en el hospital de esa localidad, mientras su agresor murió la madrugada de este miércoles luego de ingerir dos pastillas para curar frijoles, confirmó el doctor Alfredo Corea, subdirector del hospital mencionado.

El galeno dijo que Maura Hernández Hernández fue ingresada en ese centro asistencial por una herida de arma blanca en el tórax y de momento se encuentra estable.

“Está estable, no tiene criterios quirúrgicos, la herida afortunadamente no dañó ninguno de los órganos internos hasta el momento”, comentó el médico.

La mujer también tenía dos piezas dentales caídas, lo que indica que hubo agresión física.

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Allan Blandón Pineda, excompañero de Hernández, además se hizo una herida en el abdomen que según los médicos no dañó ningún órgano y aunque fue llevado al quirófano, murió por haber ingerido las pastillas.

La tarde del martes 14 de marzo, Blandón Pineda, de 38 años, llamó a Hernández diciendo que uno de los dos niños estaba enfermo, por lo que ella se dirigió a la casa de su expareja.

Todo era mentira, él salió y la abrazó. Hernández le dijo que por eso no le gustaba llegar porque ya no tenía nada con él, lo que provocó una discusión entre ambos y comenzaron a agredirse. Él con un arma blanca la hirió en el tórax, comentó Geovani Mendoza, hermano de Blandón Pineda.

“Supuestamente hubo una discusión entre la mujer y él, se comenzaron a agarrar y al parecer agarraron cuchillo y se apuñalaron y dicen que cuando él pensó que estaba muerta, se tomó una pastilla de curar frijol”, comentó.

Presenció el pleito

Los dos hijos de Maura Hernández Hernández y Allan Blandón Pineda son atendidos por el Ministerio de la Familia, uno de ellos presenció el pleito entre sus padres. “Mi papá cayó, estaba caído en el piso y estaba vomitando la sangre”, decía un niño que corría de un lado a otro, mientras preparaban el cuerpo de su padre que estaba en la casa donde se dio la agresión.

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