Es diabética e hipertensa. Ella es doña Miriam Galán, de 68 años, quien llegó a la farmacia del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tratando que le entregaran medicamentos para calmar las múltiples dolencias que padece, pero solo salió con uno en sus manos, el otro, le dijeron que no lo cubría el seguro, dijo a LA PRENSA.
Del otro extremo de la ciudad de Managua, don Denis Araica tiene siete años de ser jubilado y no tiene quejas del Seguro Social. Contó que ha recibido una atención de calidad y que siempre tiene las medicinas que le recetan. Su queja es porque le redujeron la cantidad de potes de leche, pero nada más, dijo.
Como estos dos casos, se encuentran muchas opiniones encontradas respecto a la calidad de la atención médica y de los medicamentos que brindan las clínicas previsionales. Hay opiniones desde que recetan solo acetaminofén hasta que le solicitan al médico que les anote en un papel el nombre de un medicamento más efectivo para la cura de la enfermedad.
Esta diferencia no debería de existir, dijo la experta en salud pública, Ana Quiroz, ya que la atención debería de ser pareja; sin embargo, esto se debe a que no todas la clínicas funcionan igual, y en ese sentido, el INSS tiene un gran responsabilidad, porque “tiene que velar por la atención -de salud-“, dijo. Sin embargo, entra en juego otra situación, expresó la experta.
El INSS ha venido comprando empresas previsionales, y entonces, sus intereses están divididos; es decir, en ser previsional y recoger la mayor cantidad de fondos, y en brindar o velar por una buena atención.
“Esto es como el ratón cuidando el queso porque ellos mismos están siendo prestadores de servicios y eso los pone en una situación que no es la ideal”, expresó.
A la vez, Quiroz cuestionó que tomando como referencia esas situaciones, quién va a supervisar al INSS si son ellos mismos los supervisores. Entonces, lo que recomendó la experta es que debería de haber un ente con cierta autonomía del Seguro Social para supervisar el actuar de este.
Lo que dice Quiroz lo refuerza un asegurado, que prefirió guardar su identidad. Él llegó a Sumedico en búsqueda de una atención de emergencia para su hijo, pero le explicaron que ellos ya no lo podían atender, y dijeron que pertenecían al Estado. El asegurado tuvo que recurrir a otra clínica donde fue atendido con calidad. Pero nadie ve eso, dijo.
A veces no hay medicinas
El que haya o no medicamentos en las clínicas previsionales pasa por múltiples factores, según el presidente de la cámara de empresas médicas previsionales, Ismael Reyes.
“Muchas veces la gente no entiende, se quejan del país (…) por qué no hay una cosa (medicina). Eso pasa porque se venció el registro, entonces no hay ese medicamento, entonces no lo podés dar, y tenés que buscar un sustituto, y si vos estabas tomando a y si te dan b ya te ponés digustado”, dijo. Estas circunstancias no son cosas de la empresa médica sino es cuestión de país., dijo Reyes. También aseguró que “a cada rato nos quedamos con escasez de ciertos medicamentos, y muchas veces, son bien importantes”, mencionó.