Isidora López, vendedora de frutas en el costado sur del hotel Hilton Princess, es fiel creyente de que las personas pasan, pero los partidos quedan. Por eso cuando el poder judicial, bajo la dirección del orteguismo, le quitó la representación legal del Partido Liberal Independiente (PLI) a Eduardo Montealegre, para descabezar a la oposición, ella se quedó en esta organización, en la que ha militado 22 años.
Al igual que López, los miembros y simpatizantes de la principal fuerza política opositora —que iba a participar el año pasado en los comicios nacionales como Coalición Nacional por la Democracia encabezada por el PLI— se vieron en la encrucijada de tomar una decisión cuando se quedaron sin partido.
López, habitante del barrio capitalino “Enrique Gutiérrez”, es presidenta del PLI en el Distrito V de Managua y asegura que será candidata a concejal en las próximas elecciones municipales. Sin embargo, está clara de que la oposición solo “levantará cabeza” si todas las corrientes liberales participan unidas en los próximos comicios.
En el antiguo PLI, que dirigió Montealegre hasta el pasado 8 de junio, López iba a participar como candidata a diputada por Managua. Con el cambio de dirigencia le mantuvieron esa candidatura, aunque no ganó.
López acepta que estaba consciente del “amarre” entre el nuevo PLI y el partido gobernante para “vender” el tendido electoral de su partido, pero el 6 de noviembre pasado se mantuvo firme en su centro de votación, en el Colegio Salomón Ibarra Mayorga, esperando a los votantes que nunca llegaron, porque también acepta que hubo una gran abstención electoral e incluso afirma que “ni los sandinistas votaron” en su distrito.
Luego que el orteguismo le quitó la representación legal del PLI a Montealegre, los grupos que integraban la Coalición Nacional por la Democracia se dividieron en Ciudadanos por la Libertad (CxL) —que este fin de semana concreta su convención nacional para obtener su personería jurídica y participar en las próximas elecciones municipales como un nuevo partido político—; y el Frente Amplio por la Democracia (FAD) que demanda un cambio total de sistema de gobierno.
Sergio Rosales Alemán, actual concejal propietario del antiguo PLI en la Alcaldía de Masaya, fue uno de los que decidió afiliarse al FAD, pero comparte la opinión de López de que mientras los opositores estén dispersos en distintos grupos, no van a derrotar al gobernante Frente Sandinista (FSLN).
Como miembro del FAD, Rosales comparte la posición de que la observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las próximas elecciones municipales, no es suficiente para garantizar transparencia electoral.
“En 2011, cuando don Fabio Gadea participó como candidato a presidente, el fraude se dio aunque hubo observación”, recordó Rosales.
Mientras andemos con esos egoísmos de creerse unos más fuertes que el otro, no vamos a hacer nada. La unidad es la que nos puede llevar a fortalecernos”.
Sergio Rosales Alemán,concejal de Masaya y miembro del FAD.
El concejal manifestó que en la calle “nadie quiere saber de políticos” y en ese sentido cree que el otro reto de ellos como opositores es hacer conciencia en la población de que la política es para cambiar la situación actual.
Alfredo Pérez Canelo, concejal del antiguo PLI en Niquinohomo (Masaya), dice que ahora no tiene partido, pero en las próximas elecciones apoyará a CxL. Según Pérez, para ganarle al FSLN lo más importante es que cada municipio decida sus alianzas locales.
Pérez confía en los acuerdos con la OEA y la observación electoral de ese organismo, pero advierte que si a última hora no ven condiciones en el proceso, seguirán el camino de no votar.
Nadie quiere soltar el mando de los partidos y todos quieren figurar y no le dan paso a la juventud”.
Alfredo Pérez Canelo, concejal del antiguo PLI.