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Estado derecho

Don Alfredo odia a la Iglesia

Igualmente podría atemperar Alfredo su fobia anticatólica observando cómo la Iglesia ha sido la más grande servidora de los menesterosos por milenios y preguntándose: ¿hay ateos, en la historia nacional, que hayan servido a los pobres como lo hizo sor Emilia Rachella, el padre Fabretto, el padre Odorico D’ Andrea, sor María Romero y tantos más? ¿Dónde están las madres Teresas de Calcuta de los ateos?

Odio al cristianismo y al catolicismo caracterizan los escritos de Alfredo González Holmann, autor de un artículo reciente sobre Lutero y los papas, y otros folletos. En ellos la iglesia emerge como una institución nefasta que asesinó a millones, impidió leer millones de libros y sumió a Latinoamérica en la ignorancia y el atraso. Los pensadores de la ilustración, el mundo anglosajón y el budismo se presentan, por el contrario, como fuerzas benéficas que han traído progreso y paz.

El problema es que hacer buena historia requiere rigor investigativo, virtud marginada en sus escritos. Su creencia de que la Inquisición mató tres a cinco millones de mujeres, la sustenta en Eckhart Tolle, un predicador “new age” considerado como un típico estafador espiritual (Galaxio 2010) y no en historiadores serios, como Contreras y Henningsen (1986) quienes tras una investigación exhaustiva de todos los juicios de la inquisición española realizados de 1540 a 1700, documentaron 826 ejecuciones.
Pocas o muchas, ejecutar es terrible, pero es importante poner las cosas en perspectiva: la revolución francesa, impulsada por el pensamiento ilustrado de los liberales del siglo 18, guillotinó en un año alrededor de diez mil personas. ¿Podría mencionar Alfredo una sola persona ejecutada por la inquisición, en Nicaragua o en Centroamérica?

Igual de insostenible es afirmar que la Iglesia fue la principal culpable de la ignorancia en Hispanoamérica. Al contrario, ella, con sus universidades y escuelas hizo esfuerzos denodados por instruir a la población y las élites, labor titánica debido a que las masas indígenas eran analfabetas y los inmigrantes incultos. La verdad es que los libros de Voltaire y otros anticlericales no dejaron de circular durante la colonia y después. El presidente Fernando Guzmán fundó una cátedra de volterianismo en Granada en 1868. Curas, como Fray Liendo Goicoechea, un franciscano nacido en Costa Rica, muy influyente en la independencia, exhortaba a sus alumnos a sustentar sus argumentos con la sana razón. “Nunca antes”, afirma Coronel Urtecho, “los curas centroamericanos se habían ocupado con mayor celo de doctrinas políticas y económicas o de métodos y sistemas de gobierno”.

En Estados Unidos no hubo que luchar con el analfabetismo masivo dado que sus primeros inmigrantes eran personas educadas que solían llevar una biblia bajo el brazo y no se preocuparon por instruir a los pocos indígenas que encontraron.

Lo anterior sirve, de paso, para contestar a una interrogante planteada por González Holmann: ¿Cómo sería hoy Latinoamérica si la hubiesen colonizado los anglosajones? No hay que especular: posiblemente hubieran apartado a los indios a reservaciones, como lo hicieron en Norteamérica, o establecido sistemas como el “apartheid”, como lo hicieron en África.

Don Alfredo, para quien los pensadores “modernos” de la ilustración humanizaron la sociedad contra la inhumanidad cristiana, debería reflexionar sobre el hecho, documentado, de que la esclavitud fue abolida gracias al empuje de cristianos devotos, como Wilberforce en Inglaterra, y el papa Paulo III, y no por aquellos  pensadores. Como bien observó el historiador R. Stark (2003), “la institución de la esclavitud fue mirada por varios siglos con naturalidad, aún por muchas de las élites intelectuales y liberales de Occidente. Entre sus defensores aparecieron pensadores de renombre como Thomas Hobbes, John Locke, Voltaire, Montesquieu y Comte”.

Igualmente podría atemperar Alfredo su fobia anticatólica observando cómo la Iglesia ha sido la más grande servidora de los menesterosos por milenios y preguntándose: ¿hay ateos, en la historia nacional, que hayan servido a los pobres como lo hizo sor Emilia  Rachella, el padre Fabretto, el padre Odorico D’ Andrea, sor María Romero y tantos más? ¿Dónde están las madres Teresas de Calcuta de los ateos?

El autor fue ministro de Educación en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro.
[email protected]

Columna del día EEUU Iglesia odio archivo

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COMENTARIOS

  1. Walter
    Hace 7 años

    Bien argumentado..Señor Belli,le felicito , a como a expuesto a este otro Señor,en gran manera escritores no buscan la verdad..solo ego…Pero usted le da en acierto,y con un gran intelecto investigativo..

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