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La dinámica del empleo en el subdesarrollo

La característica fundamental de los países en desarrollo es la estrecha asociación entre la heterogeneidad en la estructura productiva y la heterogeneidad de la estructura ocupacional. Es una suerte de espejo de la otra. A la par que actividades y sectores en los cuales la productividad del trabajo es muy superior a la media, existen otros cuya productividad se encuentra muy por debajo de la media.

La característica fundamental de los países en desarrollo es la estrecha asociación entre la heterogeneidad en la estructura productiva y la heterogeneidad de la estructura ocupacional. Es una suerte de espejo de la otra. A la par que actividades y sectores en los cuales la productividad del trabajo es muy superior a la media, existen otros cuya productividad se encuentra muy por debajo de la media.

Las implicaciones sobre la estructura del empleo son evidentes. En una economía como la nuestra existe mano de obra ocupada en condiciones de productividad alta o normal, que constituye predominantemente empleo formal, y que equivale en lo fundamental al empleo pleno, pero hay también mano de obra ocupada en condiciones de productividad muy reducida, que genera empleo precario e informal, equivalente en lo fundamental al subempleo.

El hecho de que el empleo se genere mayoritariamente en sectores de muy baja productividad, y que incluso al interior de sectores de productividad más elevada exista una importante heterogeneidad estructural, determina que el peso del subempleo en nuestra economía sea muy elevado.

Este elevado peso del subempleo obedece a que, debido a que la generación de empleo en los sectores de menor productividad enfrenta “barreras a la entrada” de escasa significación, la propia fuerza de trabajo crea su propio empleo, con recursos extremadamente limitados.

Este tipo de empleo, caracterizado por una escasa dotación de capital físico y humano por trabajador, es un empleo de baja productividad, lo cual es la característica del subempleo.

A su vez, cuando se analiza la clasificación del empleo por categorías ocupacionales, se destaca el peso considerable de los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares sin remuneración del sector informal.

Esto expresa el hecho de que, cuando aquellos estratos de la población sin acceso a los recursos indispensables para insertarse de manera exitosa en el mercado, crean sus propios empleos, normalmente encuentran ocupación en micro unidades económicas que emplean de uno a cinco trabajadores, en calidad de i) trabajadores por cuenta propia de muy baja calificación ii) trabajadores (principalmente) familiares no remunerados de estas micro unidades económicas y iii) asalariados y/o ayudantes de esas micro unidades.

No estamos, por tanto, en presencia de empleos generados por empresas, sino fundamentalmente de empleos creados por la propia población para sobrevivir.

Este hecho es clave para entender la dinámica del empleo en Nicaragua: la razón fundamental por la cual el crecimiento del empleo ha estado en capacidad de absorber el fuerte crecimiento de la Población Económicamente Activa, es que quienes se incorporaron a la misma esencialmente crearon sus propios empleos.

Se trata de un círculo vicioso. Por una parte, una economía que genera predominantemente empleos precarios, que multiplica los cuentapropistas y los trabajadores familiares sin remuneración en el sector informal, empleos que para ser desempeñados no demandan mucha calificación.

Por otra parte, una fuerza de trabajo caracterizada por su bajísima calificación, la cual puede ser absorbida fundamentalmente por este tipo de empleos precarios —porque los empleos formales mejor remunerados requieren mucha mayor calificación y demandan cada vez mayores niveles de calificación—.

En estas condiciones, la creación de empleos no se encuentra limitada por el efecto del aumento en la demanda efectiva sobre la disposición de las empresas a contratar más mano de obra. Al crecer la población en edad activa, esta se incorpora a la actividad económica generando su propio empleo, en búsqueda de sobrevivir.

Bajo estas circunstancias es el propio crecimiento económico el que se encuentra limitado por el hecho de que el alto peso ponderado del empleo en los sectores de menor productividad presiona a la baja y con frecuencia anula el crecimiento de la productividad media del trabajo.

El empleo crece mucho, pero al ser ante todo empleo precario, de baja productividad, el crecimiento económico se ve limitado por el estancamiento o la declinación de la productividad.

(*)Economista
[email protected]

Economía Empleo Nicaragua archivo

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