14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
tragedias
La Prensa

Intimidación y autocensura en Nicaragua

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha recibido otra vez la denuncia de las restricciones a la libertad de prensa en Nicaragua  y otras violaciones a los derechos humanos que comete habitualmente el régimen de Daniel Ortega.

El pasado sábado 18 de marzo, en una de  las audiencias del  161 período de sesiones de la CIDH que se está realizando  en Washington DC, Estados Unidos, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh), y el Centro de Investigaciones de la Comunicación (Cinco) presentaron un informe sobre la situación de la libertad de prensa y los derechos humanos en Nicaragua.

La CIDH es un organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y por lo tanto el Gobierno de Nicaragua tiene derecho y deber de  participar en sus deliberaciones, sobre todo si es acusado de violar los derechos humanos. En este caso está obligado a comparecer para  dar explicaciones, explicar si se trata de abusos aislados de funcionarios, que deberán ser sancionados, o  si es que hay una política de Estado de irrespeto sistemático a  los derechos humanos  como es característico de los regímenes autoritarios.

Sin embargo en la audiencia  del sábado 18 de marzo no participó ningún representante del régimen de Daniel Ortega. La señora Esmeralda Arosemena, segunda vicepresidenta de la CIDH  lamentó  la ausencia de la representación gubernamental de Nicaragua. Mientras que  el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión,  Edison Lanza,  señaló que “Cuesta entender  que un gobierno que gana con un 72 por ciento las elecciones, se niega a discutir de libertad de expresión”.

Sin duda que este comentario del defensor interamericano de la libertad de prensa   humanos  ha sido una ironía política. La verdad es que Daniel Ortega no gana las elecciones con 72 por ciento y esto lo sabe muy bien la comunidad internacional,  sobre todo la hemisférica.  Ortega se mantiene en el poder como resultado del  atropello a la Constitución Política nacional y gracias al  fraude electoral, la intimidación estatal, el soborno social y el engaño político interno y exterior. Pero además,  con su ausencia en estas sesiones de la CIDH el régimen  orteguista  reconoce  de hecho su  culpabilidad por  las violaciones a la libertad de prensa y los atropellos a los demás  derechos humanos de los nicaragüenses.

En su presentación ante la sesión de la CIDH del sábado 18 pasado, los organismos nicaragüenses defensores de la libertad de expresión y de información, y de los derechos humanos en general, reconocieron que en Nicaragua  no se está asesinando a los periodistas,  como ocurre  en otros países de la región, pero se ha impuesto un sistema de intimidación  y autocensura de prensa que se basa en los siguientes cinco factores:

Uno, agresiones físicas, bloqueo oficial, acoso y espionaje; dos,  concentración en la propiedad y el control de los medios de televisión y radio; tres, uso de la publicidad estatal para premiar y castigar a los medios de comunicación; cuatro, violación sistemática a la Ley de Acceso a la Información Pública; cinco, restricción a la libertad de opinión por medio de la represión e intimidación contra los ciudadanos.

Ciertamente, en Nicaragua no hay    libertad de expresión y de información irrestricta, del mismo modo que no existe  Estado de derecho, separación de poderes, elecciones transparentes y demás atributos esenciales de la  democracia.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí