El crecimiento poblacional, el supuesto tráfico de influencias, la manipulación de válvulas, la posición geográfica, así como las tuberías obsoletas, son algunos de los factores que influyen en la distribución desigual del agua, analiza Ruth Herrera, expresidenta ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal).
Tener agua en el hogar podría ser una situación normal para muchas familias, pero no lo es para otras, que viven en comunidades o barrios donde hace mucho tiempo la tubería no saca más que aire.
Para Herrera, esto es simple de analizar, pues “no es lo mismo un vaso de agua con una pajilla que uno con nueve”. Estima que a quienes nunca les hace falta el agua son a aquellas familias que habitan en zonas bajas y algunos residenciales.
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Tal es el caso del barrio Loco, en Masaya, donde nunca falla el agua porque queda en bajo. Mientras que en Monimbó las familias trasnochan para recoger agua.
“Cuando comenzó la crisis de agua, recogíamos en la tarde y luego se iba, pero desde hace cuatro años la situación se ha agravado, a tal punto que hemos tenido que sacrificar horas de sueño para recoger un poco de agua y suplir las actividades básicas”, dijo Lastenia García, habitante de Monimbó.
LA PRENSA intentó conocer la versión de Enacal sobre los razones que influyen en la distribución desigual del agua, tal como lo señala la extitular de esa institución, pero no hubo respuesta de la vocera Maritza Tellería.
Managua se abastece de más de 140 pozos y hay diferentes consumos, aseguró Sergio Gámez, miembro de la Red de Agua y Saneamiento de Nicaragua (Rasnic).
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“Primero, hay lugares que siempre tienen agua porque son beneficiados por su posición geográfica, estos son los barrios cercanos a la laguna de Asososca”, dijo Gámez.
Desde la perspectiva de Gámez, hay situaciones diversas. Por un lado, en ciudades pequeñas es probable que cuenten con una planta potabilizadora que suministra agua a la población; sin embargo, ahora hay más gente y se mantiene el diseño de la misma planta, desde hace unos 15 años.
Agua en urbanizaciones
Por su parte, Herrera explicó que también hay que tomar en cuenta que existe otro sector que tiene el servicio de forma continua porque habita en residenciales y pide autorización para perforar pozos a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y no dependen de la red de Enacal.
“No podemos decir que el agua es un negocio, pero sí que hay tráfico de influencias ya sea para que un problema de desabastecimiento en una zona se resuelva con una llamada lo más rápido posible, además se pueden manipular las válvulas para que haya más agua en un lugar que en otro”, expresó Herrera.
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Agregó que se está explotando el agua subterránea y eso está afectando el suministro de la red de Enacal.
Una fuente de Enacal que pidió fuera omitido su nombre asegura que hay quienes pagan para acceder al servicio de agua subtearránea y Enacal lo aprueba a pesar de que esto puede afectar a barrios enteros.
La tubería es obsoleta
Para Sergio Gámez, de la Red de Agua y Saneamiento de Nicaragua (Rasnic), no es conveniente que se genere más presión en las bombas de Enacal para abastecer a otros sectores, debido a que la tubería de Managua es obsoleta, lo que provoca que más del cincuenta por ciento del agua se pierda.
Según un estudio regional sobre la disponibilidad de agua en Centroamérica, la cobertura de agua mejorada en la región es altamente heterogénea entre los países, especialmente entre el área urbana y la rural.
Nicaragua es el país que presenta los índices más bajos de cobertura de agua potable (62 por ciento), seguido de Guatemala (79 por ciento), El Salvador y Honduras (85 por ciento), Panamá (95 por ciento), Belice (97 por ciento) y Costa Rica (99.4 por ciento).
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