En la lengua nicaragüense, muchos términos con el paso de los años —como bartolina, agigolón, vitrola, cariocas, jaño y bacinilla— han quedado en desuso, pero, ¿cuáles son los factores que influyen para que una palabra se deje de utilizar?.
Según el lingüista suizo Ferdinand de Saussure, la lengua —como un fenómeno social— está sujeta a cambios y evoluciones en el tiempo (diacrónico), tanto en sus significantes como en sus significados.
“En Nicaragua, se han vivido muchos procesos económicos, políticos, socioculturales y geográficos, que inciden directa o indirectamente en el uso de uno u otro término… de ahí que surjan los llamados ‘arcaísmos’”, afirma Francis Mendoza Morán, máster en Filología Hispánica.
Relativos y absolutos
En el español nicaragüense podemos encontrar tanto arcaísmos absolutos como relativos: el primero es una palabra que ha desaparecido de todas las variantes de la lengua; en cambio el segundo es aquel que desaparece de una variante de la lengua, pero que esto da lugar a que surja otra (neologismo); es decir, como una ‘innovación’.
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Entre los absolutos están: “Agigolón, esta voz se refería a algo que se hacía con mucha prisa. También, tenemos bartolina, describía a que alguien estaba en la cárcel (se usó mucho durante el gobierno de Somoza)”.
“Cofre, caja grande de madera utilizada para guardar la ropa u objetos de valor. Vitrola, eran los tocadiscos de antes. Cariocas, eran unos tipos de zapatos de mujeres despuntados y sin tacón, y muchos más”, explica Mendoza Morán
En los relativos, “… quizás ahí podemos ejemplificar el caso de la voz jaño (a). Esta ha sido reemplazada por ‘amigo’, ‘amigo con derecho’, ‘novio’ y otros”, señala la estudiosa de la lengua.
Asimismo, “está bacinilla. Esta palabra en Nicaragua se está ‘muriendo’, es decir, es de poco uso, solamente las personas de generación mayor la conocen…”, explica Mendoza.
Variante fónica
Un error que se suele cometer es confundir un arcaísmo con una variante fónica, tal es el caso de los términos “haiga”, “guinello”, “sandilla”, “tortía”, los que se consideran inaceptables —explica Mendoza Morán—. Su uso es por desconocimiento gramatical o por la influencia de un grupo social. El arcaísmo está más vinculado con la variación léxica, es decir del uso del vocabulario.
Los arcaísmos también se mueven en los ámbitos jurídico y litúrgico, incluso son utilizados como recurso literario en la poesía y narrativa, ya que sirven para embellecer el texto.
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