Y de repente la mente quedó en blanco, los pulmones sin oxígenos y los músculos sin fuerzas. Nicaragua perdió toda la personalidad que había mostrado en el pasado, al caer 3-1 frente Haití. No hay mucha ciencia en la explicación: los pinoleros se ahogaron ante la presión. Descontrol total, balonazos al vacío y pérdida de cada hombre en sus funciones, exceptuando a Juan Barrera y a Daniel Cadena. Lo que sería una ilusión en la búsqueda de la Copa Oro, terminó como un sueño encallado en Puerto Príncipe.
Lea: Así te contamos el partido entre Haití y Nicaragua en el repechaje a Copa Oro
Nicaragua demostró ser mucho más pobre que Haití en futbol. La tropa nuestra nunca supo cómo detener la avalancha inicial y no dejaron de temblar durante todo el encuentro. Los haitianos hambrientos salieron a comerse a los nicaragüenses y el resultado fue un banquete con la mesa servida. Aunque el partido siempre estuvo abierto, la ineficacia de Chavarría, la desaparición de Bryan García, la poca productividad en la distribución de la pelota de Marlon López, la inseguridad defensiva (Copete, Casco, Rosas y Quijano) y la titubeante actuación en los primeros minutos del arquero Diedrich Téllez, hicieron que el equipo se colapsara en su totalidad.
Con 39 minutos ya Haití tenía dos goles. Jeff Louis (17) y Donald Guerrier (39) habían perforado la portería, pero lo que era aún más preocupante es que los nicas no parecían tener esperanzas de una resurrección. Más bien los postes evitaron que la tropa de Henry Duarte regresara al país desangrada por completo. Llegó el punto en el cual no existía una forma para enfriar el duelo haitiano cargado de buen futbol, y Téllez junto a Rosas se tiraron en el campo aduciendo estar golpeados, tratando de provocar una desconexión que no funcionó.
Cambios aportaron
Cuando entró Eulises Pavón en la segunda parte, Nicaragua tuvo una buena reacción. Barrera tenía un compañero capaz de pelear como un soldado en medio de una trinchera. No obstante, en el mejor momento nacional arribó el tercer gol (55). Luego todo volvió al mismo guion. Haití presionando, Nicaragua fallando. Y después de la entrada de Luis Manuel Galeano, aportó ofensiva y propició el gol pinolero, marcado por Carlos Chavarría al 86. Lo preocupante no sólo fue perder y estar prácticamente fuera de la Copa Oro, sino hacerlo de esa manera.
Hoy se inutilizó el concepto de este equipo en todos los sentidos del juego. Esta selección es invariable como toda la vida. Y aunque ese país se esté partiendo en pedazos y la gente muera de hambre, anoche su selección les dio un plato gigantesco de entretenimiento. Simplemente devoraron a la Azul y Blanco. El equipo quedó descolorido. Ya sólo queda el trámite del partido de vuelta.